La Cofradía de Bueu ya tiene en sus manos los ejemplares de "Toponimia mariñeira do mar de Bueu. O Buraco do Inferno", un libro en el que se recopilan hasta 715 nombres de la microtoponimia de la costa buenense. El volumen abarca todo el litoral del municipio y el área de influencia de la flota de bajura de Bueu, con una especial atención al archipiélago formado por las islas de Ons y Onza, y recoge la denominación de playas, cons, ensenadas, laxes y todo tipo de accidentes geográficos.

La iniciativa forma parte del proyecto BueuINforma, que cuenta con la colaboración de la Consellería do Mar, y es el fruto de varios meses de trabajo. Por un lado, la empresa Quadralia realizó numerosas entrevistas a marineros y personas mayores del municipio para recoger nombres y ejemplos de la microtoponimia y, por el otro, la propia Cofradía de Bueu convocó un concurso llamado precisamente "O Buraco do Inferno" para que cualquier persona o incluso investigadores aficionados pudiesen aportar su granito de arena a este proyecto. El resultado es un libro que será presentado en breve y que incluye un índice con todos los topónimos, contando con la colaboración del Proxecto Toponimia de Galicia del SITGA.

La publicación tiene los habituales apartados de presentación y explicaciones sobre la Cofradía de Bueu y el proyecto BueuINforma y luego deja paso a la parte central del volumen, que lleva por título "A toponimia do mar de Bueu". Este capítulo está dividido en cinco apartados, cada uno dedicado a una zona de la costa buenense: de Punta Lapamán a Punta Aguda, de la playa de Tulla a las Escorregadouras, de O Puxo a Punta Morcejos, la isla de Onza, el este de la isla de Ons y el oeste de Ons. Cada uno de ellos incluye una serie de fotografías aéreas en las que se marcan todos los puntos con nombre conocido y se identifican en una leyenda anexa.

En el inicio de cada uno de esos apartados se destacan algunos de los topónimos de ese ámbito. En el caso del espacio comprendido entre Punta Lapamán y Punta Aguda se cita "Praia da Curtiña", un lugar rocoso en el que muchos vecinos participaban en la pesca del boliche y que toma su nombre porque el tiempo de largado era muy escaso; Monte de Picó, que es el nombre de una conocida e influyente familia que tenía una casa en el alto del monte; o Pedra Fendida/A Maleta/Laxe de Raio, que es una roca que marca la separación entre las parroquias de Bueu y Cela y su nombre se debe a la acción de un rayo que cayó en la zona. En este ámbito territorial se recogieron hasta 88 topónimos y entre los que destacan algunos como A Salgueira, O Cabezón, O Monte da Chiva, la playa de Petís o de las Margaritas, A Pedra do Neto, Buraco da Lontra, As Pedras do Almacén, Sospíos, O Revelo, O Carallo do Burro, O Norte do Cipote, Rompetemóns, Rompecapas o Os Collóns do Cabalo.

El siguiente ámbito es que comprende desde Tulla al lugar conocido como Escorregadouras y se contabilizan más de 80 nombres de lugares. Entre ellos A Laxe de Lombo de Besta, As Volantiñas, A Golfeira das Bruxas da Ría, As Laxes de Cagadouro, A Enseadiña da Fonte do Bico o los numerosos cons del entorno de Cabo Udra.

El tercero de los ámbitos señalados es el comprendido entre O Puxo y Punta Morcejos o Morcegos, con unos 150 nombres recogidos: Reventóns, As Tres Pedriñas, As Malladouras, A Enseada Onde Morreu Eduarda, O Con do Folete, Praíña da Isoliña, OPreguntouro, Con das Lorchas, O Rabo do Gallado, Niño das Grellas...

En este capítulo destacan las explicaciones aportadas en el trabajo elaborado por José Ramón Vilas, que fue el ganador del concurso convocado por la Cofradía de Bueu. En él se recogen numerosos microtopónimos así como explicaciones e historias relacionadas con algunos de esos lugares. Es el caso de Debaixo da Cruz y A Pedra Rachada, un sitio en el que se colocó una cruz para recordar a tres personas que perecieron ahogadas a principios del siglo XX, aunque el símbolo religioso desapareció durante la Guerra Civil; A Buraca do Puxo, de la que se dice que en una ocasión entro un perro y nunca salió o que su extensión llega hasta la iglesia de Beluso; la ensenada do Palancal, en la que murió en mayo de 1929 Ramón Vilas Piñeiro cuando estaba pescando con caña; o el origen del nombre de la playa de Lago (sin ´s´ al final).

En el apartado de agradecimientos la Cofradía de Bueu destaca la colaboración desinteresada de muchos marineros, profesores, alumnos y "amantes do mar" de Bueu. También se hace un reconocimiento especial a personas como Manuel Loira, Juan Reiriz, Eliseo García, Francisco Rosas, Duarte Vidal, Antonio Piedras o José Ramón Vilas Costas, que fue el ganador del concurso O Buraco do Inferno y a todas las personas que participaron en esta iniciativa.

Dentro de este proyecto se recopilaron más de 300 topónimos directos, aunque en algunos casos un mismo nombre puede hacer referencia a más de una tipología de accidente geográfico. El resto del listado se debe a la colaboración y a la revisión por parte del Proxecto Toponimia de Galicia del SITGA, dependiente de la Consellería de Presidencia, y especialmente a Xermán García, Iván Sestay, Vicente Feijoo y Berta Román. La publicación del libro será posible gracias a la Consellería do Mar, que financia el proyecto a traves del programa BueuINForma.