Xosé Álvarez vive su particular esperpento. Educación le llamó para cubrir una plaza en el IES As Barxas como profesor de Lingua e Literatura Galega, pero resulta que la persona a la que cubre tenía también como asignatura afín Música. Así que nada más llegar le endosaron 8 horas de Música a la semana. Afirma que alucinó cuando se lo dijeron e incluso llegó a proponer que se pensara en otra persona que reuniera los requisitos, pero le dijeron que no, que tenía que aceptarlo bajo amenaza de apertura de expediente. Este profesor natural de Redondela y residente en Pontevedra aprobó las oposiciones en 2008 y es ya funcionario, aunque no tiene plaza y se dedica a realizar sustituciones.

Sus alumnos de segundo de ESO le preguntaron nada más llegar si iban a enseñarles a tocar la guitarra, como había hecho otro profesor y él respondió de forma totalmente sincera, que no sabía ni como decirles que tenían que poner las manos, que no sabía nada de la asignatura de Música y que tampoco le habían dado tiempo para instruirse. Gracias a un compañero del centro se va zafando como puede, pero es consciente que este método influye en la calidad de la enseñanza y que no ayuda para nada a mejorar las catastróficas cifras del fracaso escolar y que contribuye a denostar todavía más la educación pública. Con los apuntes de su compañero consigue poco a poco sacar un clase adelante, pero si algún alumno se sale del guión afirma que está perdido. "El otro día me preguntaron unos alumnos sobre la intensidad y la altura de la nota. No supe que contestarles. Me sentí totalmente perdido y ellos lo saben. Hay alumnos que saben mucho más que yo. Así no contribuimos a mejorar nada. Hubo quien me propuso que durante la clase pusiera vídeos, algo que, de momento, no está permitido, pero seguro que llegaría un momento que los alumnos se aburriría también.". Xosé Álvarez está convencido de que con esta fórmula se le está dando un tremendo palo a la asignatura de Música. "A mí me da pena, siento que estoy engañando a los alumnos. Yo ya se lo dije".

Pero hay más casos que el suyo. Xosé Álvarez relata el de un profesor de Música que tuvo que dar clases de Matemáticas en un instituto y el de una profesora de Inglés que estuvo obligada a impartir clases de Francés, idioma totalmente desconocido para ella. Ninguno había puesto como asignatura afín la que le obligaron a impartir.

Xosé Álvarez desconoce de cuanto tiempo será la baja que tiene que cubrir, pero no se puede imaginar que sea durante todo el curso. "Mis alumnos no estarán en igualdad de condiciones frente a otros que tuvieran un profesor que sí sabe de Música. ¿Cómo los voy a evaluar?"

La Consellería de Educación manifestó ayer que Xosé Álvarez está como profesor de Gallego y que como asignatura afín tiene ocho horas de Música, que era así. No se extendió en dar más explicaciones.