Los constructores y promotores que presentaron licencias de nueva edificación desde el 29 de septiembre de 2006, cuando entró en vigor el Código Técnico de Edificación (CTE), se han visto obligados a incluir en sus obras sistemas de energía solar, que implican un ahorro en agua caliente o electricidad pero también un aumento en el coste de la vivienda, de un 0,3%. El ingeniero industrial vigués, Manuel Ángel Dacosta, de la oficina técnica de arquitectura e ingeniería, Madinfor, impartió ayer en Cangas, en la sede de la Federación de Comerciantes (Fecimo), una jornada organizada por la Asociación de promotores y constructores de Cangas (Aproeco) para atender las dudas y los problemas que las normativas (CTE, Hábitat y el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios RITE en vigor están generando.

La comarca de O Morrazo, según los datos que maneja Dacosta, registra unos niveles “relativamente bajos” en cuanto a instalaciones solares, tanto térmicas (para agua caliente) como fotovoltaica (producción de electricidad), en comparación con otras zonas de las rías bajas, como la de Arousa: “No es la más poblada pero sí la que más instalaciones tiene”. El ingeniero asegura que en O Morrazo, Cangas lidera la instalación en edificios, con una treintena; mientras que Bueu es el que más paneles tiene en viviendas unifamiliares, unos 150. En Cangas, las viviendas unifamiliares con energía solar rondan el centenar y en Moaña habrá sólo una decena de edificios y 75 casas.

Una de los grandes problemas que se encuentra el sector de la construcción es la elección del mejor sistema, porque son muchos, con diferentes funcionamientos y costes que además requieren cumplir exigencias de seguridad industrial y sanitaria. “Las cosas se pueden hacer de diversas maneras, por ejemplo hay que decidir si se pone un acumulador para todo el edificio o para cada vivienda, también qué sistema se elige para la protección contra la legionela”. Dacosta asegura que esta bacteria, que prolifera en las zonas de agua, requiere un tratamiento en los depósitos y hay dos alternativas: sobretemperatura del agua a más de 70 grados cada tres meses o el hipoclorito, que es añadir una solución química”. La legionela se contagia por vía respiratoria y se inhala a través del vapor de agua, de ahí la importancia de la limpieza en las torres de refrigeración. De todas formas, este ingeniero asegura que sólo proliferan las bacterias en los depósitos sucios y deteriorados.

Otra de las preocupaciones del sector, además del producto/precio, es la vida real de las instalaciones, tanto térmicas como fotovoltaicas: “Unos dicen que no necesitan mucho mantenimiento, que son persistentes, otros que aquí no funcionan”, dice Luis Guimeráns, presidente de Aproeco. Dacosta asegura que Galicia, y sobre todo las Rías Bajas, es una zona de especial rentabilidad para el aprovechamiento de la energía solar. El ingeniero asegura que España es líder, tanto en fabricantes como en producción de paneles planos para energía solar, aunque en Galicia sólo hay una fabrica que está ubicada en Sanxenxo. En Ourense se había anunciado la apertura de una empresa pero para foltovoltaica, aunque sigue en proyecto, según el ingeniero vigués. Los paneles de tubos de vacío, por contra, se importan de Estados Unidos, Alemania o China.