El interés de los vecinos por las repercusiones del Plan Xeral de Cangas se escenificó ayer por la tarde en la presentación del avance del documento en el salón de plenos, donde el público rebasó el aforo, el turno de intervenciones prolongó el acto durante tres horas y, aún así, dejó pendientes muchas dudas para próximas reuniones. A pesar de tratarse de un simple "punto de partida", como se encargaron de recalcar el concejal de Urbanismo, Mariano Abalo, y los técnicos de Consultora Galega, los colectivos hicieron ver la necesidad de informar de modo más eficiente y detallado, y airearon las primeras críticas sobre las demoras en su tramitación y las líneas de actuación que define, si bien con argumentos dispares: en algunos casos, pidiendo ampliar núcleos y aumentar la edificabilidad, y en otros, reclamando más espacios públicos y zonas verdes.

Los técnicos del equipo redactor Xan Portela y Andrés Pino explicaron las seis "liñas básicas" en que se divide el plan, que deberán desarrollarse y concretarse en fases posteriores al avance: medio ambiente, infraestructuras, espacios de servicios (dotaciones y equipamientos), actividades económicas y empresariales, dotaciones residenciales (vivienda) y turismo. También advirtieron que la legislación es cada vez más restrictiva a la hora de ordenar el suelo, y que se han tenido en cuenta estos criterios para evitar que la Xunta rechace la propuesta que le trasladen y demore su aprobación. También explicaron que "posiblemente en marzo" saldrá a exposición pública y se iniciará la explicación del avance por las parroquias. Concello y Consultora elaborarán un modelo de alegación para facilitar los trámites.

Pero la miga llegó con las intervenciones del público. Una vecina preguntó si se tuvieron en cuenta las aportaciones que se solicitaron hace un año a los colectivos, así como las alegaciones presentadas al plan anterior. El equipo redactor dijo que sí, aunque hay propuestas "imposibles de recoller" en el PXOM. Otro ciudadano interrogó sobre los criterios que se siguieron para estimar el incremento poblacional y una demanda de 7.000 u 8.000 viviendas en los próximos años. Le respondieron que se basa en los datos de "crecimiento pasado de Cangas", que justifica pensar que seguirá por esa senda.

Reducción de núcleos

La calificación del suelo y las expectativas de construcción acapararon buena parte del debate. El inspector municipal de obras Ángel Graña llamó la atención sobre el hecho de que la propuesta contemple el estancamiento de algunos núcleos, e incluso su reducción espacial. Los técnicos de Consultora recalcaron que el documento sigue abierto y sujeto a correcciones, aunque de lo que se trata es de hacer una propuesta "razonable" para que no la tumbe luego la Dirección Xeral de Urbanismo. Otros vecinos se mostraron más partidarios de que sea en Santiago donde se hagan correcciones y no el propio Concello quien limite esas expectativas de crecimiento.

Las propuestas de desarrollo del Campo de Aldea alternativas al plan sectorial de vivienda de la Xunta fue otra de las preguntas recurrentes, mientras que la petición de aumentar las cesiones de suelo para ensanchar carreteras a cambio de permitir edificios con más alturas chocó con otras propuestas más conservacionistas y preocupadas por saber cómo se va a responder al continuo crecimiento poblacional y de viviendas sin garantizar el patrimonio natural ni los servicios adecuados, como otra depuradora de residuos. Asimismo, se pidieron soluciones a la saturación de algunos viales, sobre todo en verano en las zonas de playas, y los redactores del avance apuntaron que, en algunos casos, el transporte colectivo se ofrece como la alternativa más eficiente.