La volandeira, la zamburiña y la vieira son mariscos muy importantes para los marineros, pues se trata de especies que el mercado demanda en gran cantidad. Pero el recurso no siempre es suficiente, y ocurre en ocasiones que los bancos naturales se agotan o que tras un período más o menos largo de extracción las capturas se reducen de un modo considerable.

Por ello, el sector entiende que sería necesario buscar nuevos métodos de trabajo, que faciliten las repoblaciones naturales, y que permitan la siembra de un mayor número de ejemplares en aquellas zonas más próximas a la costa, que los vigilantes puedan controlar con mayor facilidad de la acción de los furtivos, y en las que el marisco se autodepura más rápido de sus toxinas.

Convenio de investigación

Por ello, el Instituto Español de Oceanografía, la Consellería de Pesca, el Centro de Investigacións Mariñas y varias cofradías, entre las que se encuentra la de Cambados, han firmado un convenio para llevar a cabo un proyecto de investigación, que está coordinando Guillermo Román, del Instituto Oceanográfico.

En la primera fase de este estudio se han diseñado unos colectores, en los que se colocan bolsas de malla. Se introduce entonces un metro cuadrado de red, a la que se fijará la semilla de la vieira o la zamburiña, que está así resguardada de sus depredadores naturales. Acto seguido, los bidones se colocan en unas cuerdas, fijadas en el fondo a unos muertos, desde los que se distribuyen de forma radial.

El objetivo es conocer en qué períodos se produce el mayor desove de este marisco. Para la instalación de las bolsas se han buscado zonas con una profundida mínima de 20 metros, y se han realizado fondeos en Meloxo, Cabo de Cruz, Raxó o Rande, pues también participan cofradías como las de Aldán o Cangas.