Esther Blanco es, junto a su hermano, la cabeza visible de Autocares Presas. En la firma familiar no es extraño tener una mujer al frente, ya que su madre Ofelia Souto se encargo de la empresa, al heredarla de su padre. "Quien mandaba era mi madre, mi padre se centraba más en el arreglo y mantenimiento de los vehículos", explica. Pero la carrera profesional de Esther no se queda, ni mucho menos, en temas de oficina. Se sacó el carné para conducir autobuses hace 22 años, cuando tenía 21. "Al principio se veía como una cosa rara, pero la verdad es que nunca tuve que sufrir ningún tipo de comentario machista. También es verdad, que si oía algo fuera de lugar, enseguida le daba en los dientes, en sentido figurado", apunta, entre risas. De hecho, en estas más de dos décadas de trabajo recuerda solo dos actitudes discriminatorias. Esther ocupa un cargo de nivel en la empresa, pero al mismo tiempo dá ejemplo cubriendo tanto líneas escolares como servicios de largo recorrido, pasando varias horas al volante. No es la única mujer que se sienta en el puesto de piloto de sus autobuses. "Ahora mismo somos cuatro mujeres", conductoras, en una plantilla que supera la decena. Eso sí es ir sobre ruedas.