El pasado verano las calles del casco urbano estradense se llenaron con unos visitantes especiales. Operarios de Telefónica iniciaron en esos meses el despliegue de su red de fibra óptica, un proyecto que, según se anunció, contaba con un presupuesto de 1,2 millones de euros y que pretendía llegar a cerca de 10.000 hogares del casco urbano y de zonas de la periferia. Estos trabajos dieron comienzo a finales del mes de mayo y ahora afrontan su tramo final a un ritmo mucho menor del inicial. Ocho meses después de aquellos primeros pasos, la fibra óptica ya está disponible en más de 7.300 inmuebles de A Estrada. Según anunciaron desde la compañía, los trabajos continuarán en los próximos meses, con unas previsiones que contemplan alcanzar los 8.000 hogares tras cumplirse el primer semestre del 2018.
Si en el casco urbano la implantación de esta conexión a internet y telefonía de nueva generación marcha a un ritmo muy rápido, en el rural el proyecto de expansión sigue a la espera. Telefónica sorprendió llevando su fibra mucho más allá de lo esperado, superando en varios puntos los límites del casco urbano y alcanzando localidades cercanas a la villa. Desde la compañía destacaron ayer estos esfuerzos, remarcando especialmente la extensión de su línea de fibra hacia Callobre.
El problema es que esta expansión supone un elevado coste debido a que la dispersión obliga a usar muchos kilómetros de fibra. Con pocos usuarios a la empresa puede no interesarle económicamente asumir un coste tan elevado. Por este motivo, el gobierno estradense, muy interesado en llevar esta conexión también a zonas del rural, está buscando el respaldo de las administraciones, que podrían asumir parte de los costes de expansión para hacer más asumible el proyecto a la compañía de telecomunicaciones.
