Una plancha de 1905, una rizadora de pelo de la misma fecha, o los candiles de gas que todos hemos visto, cuando niños, en la casa de los abuelos. El Energytruck o, lo que es los mismo, la exposición itinerante de la Fundación Gas Natural Fenosa recaló ayer en la Praza da Igrexa de Lalín mostrando estos objetos, que forman parte de la colección del Museo de Gas de Sabadell y que se complementan con paneles explicativos sobre la historia del gas: esta energía comenzó a sustituir en la primera mitad del siglo XIX las farolas de ciudades como Barcelona, que hasta entonces funcionaban con aceite vegetal. Con el arranque del siglo XX, el gas fue dejando paso a la electricidad en el campo de la iluminación, así que tuvo que abrirse nuevos mercados, mediante la potenciación de gasodomésticos, es decir, aparatos de casa que funcionaban con gas. Es a partir de aquí donde la exposición se convierte en interactiva: ayer, alumnos del CEIP Xesús Golmar se turnaban para demostrar sus habilidades en el mix energético, una propuesta que invita a diseñar un sistema mediante el que se cubra la demanda energética de un territorio determinado teniendo en cuenta los gastos y el impacto ambiental del servicio. Despertó tantas sorpresas, o más, el simulador de la energía térmica que desprende el cuerpo y que, como s demostraba en una pantalla, varía según el movimiento.