La vinculación de Manolo Moldes con Lalín es doble, tanto en lo profesional como en lo personal. En 1981 conoció en Pontevedra a la estudiante y posterior enfermera Mari Camen Díaz Cacheda, vecina del municipio dezano, que él visitaría por primera vez al año siguiente. Manolo y May -como es conocida por familiares y amigos- contraerían matrimonio en 1985 y él estrecharía más los lazos con esta tierra, cuyo "aire puro" le gustaba respirar, como indicaba ayer su esposa.

Una de sus primeras y más recordadas huellas lalinenses es el cartel de la XXIII Feira do Cocido, del 3 de febrero de 1991. Su obra dignifica al cerdo, tótem de la fiesta gastronómica, al presentarlo en un altar cubierto por un templete culminado por el simbólico árbore da manteiga del escudo de Lalín, iluminado por el Sol y las estrellas y sobrevolado por el avión del mítico Joaquín Loriga.

Además, Moldes fue, junto a su amigo Guillermo Aymerich Goyanes, comisario de la XII Bienal Pintor Laxeiro, en 2015, la última en la que participó el artista ahora fallecido. Pero su colaboración con la muestra lalinense fue prolongada en el tiempo, pues en 2011 había formado parte del jurado y había colaborado con los textos, igual que en 1999. De hecho, su nombre está vinculado a la Bienal desde su misma creación, en 1993, pues fue uno de los artistas participantes, como haría en la segunda (1995), tercera (1997) y quinta ediciones (2001).

El Concello de Lalín expresó ayer su "más hondo pesar" por el fallecimiento del miembro de la Real Academia Galega das Artes y extendió sus condolencias "a familia y amigos por una pérdida tan señalada".

Sin salir de la comarca dezana, en donde mantenía muchas amistades, el artista pontevedrés también recibió en el año 2006 la medalla Amigo da Fundación Solaina de Piloño. La distinción le fue otorgada por su colaboración con distintas actividades promovidas por la entidad que creó en el rural de Vila de Cruces el polifacético Paco Lareo y que ahora lleva su nombre a título póstumo.