El Concello de Lalín alega carecer de medios tanto para limpiar como para vigilar las esculturas afectadas por actos vandálicos en la Carballeira do Rodo, que llevan tiempo sufriendo ataques, tanto en forma de pintadas como destrozos de algunos de sus elementos. Apenas quedan espacios sin dañar tanto en el exterior de los cubos de hormigón como en su interior, y la pintura también fue vertida sobre algunas de las piezas de bronce.
La concejala de Medio Ambiente, Celia Alonso, señala que la limpieza debe hacerse con sumo cuidado, dado el material artístico que se maneja, y que no vale un típico lavado a presión. En todo caso, ahora carece de fondos, por lo que intentará consignar una partida en los presupuestos de 2018. "Queremos recuperar las obras que llevan muchos años así", apunta Alonso, que contactará con su autor, Sergio Portela, para ver el mejor proceder.
Entretanto, la edil llama al civismo para frenar la fiebre de los grafitera que llena Lalín de pintadas. "No es de recibo que dañen un patrimonio que es de todos, y en este caso no es una broma", pues son "esculturas en piedra" que requieren un tratamiento especial para su adecentamiento. El gobierno condena estos ataques al patrimonio, pero asegura que "poco" puede hacer por evitarlos, pues "la vigilancia no llega a todos los sitios las 24 horas y, por eso, se producen".
Alquimia es el título de la obra concebida en 2002 por el artista pontevedrés como hecho diferencial en un entorno de robles centenarios del Paseo do Pontiñas. Ya en su ubicación original, en la Carballeira da Crespa, había sido objeto de daños que motivaron incluso una denuncia del autor ante la Policía Local por su estado de abandono. En 2008, a raíz de una sentencia que devolvía la robleda expropiada a sus dueños, las esculturas fueron trasladadas a su actual ubicación, en donde los daños no solo no remitieron, sino que incluso fueron a más.
