El valor catastral es un concepto que pasa desapercibido para muchos propietarios y solo se repara en el mismo cuando cada año comprueban lo que pagan de impuestos por sus bienes inmuebles, en casos de transmisiones patrimoniales o cuando formalizan la aceptación de una herencia. La Dirección General de Catastro es la que registra estas tasaciones, que suelen revisarse al alza cuando los concellos aprueban una nueva ponencia de valores. Los 81.009 bienes urbanos registrados en las comarcas suman un valor catastral total de 2.163 millones.

Las elevadas tasaciones de los bienes urbanos en parte de los concellos de Deza y Tabeirós -las más llamativas son las referidas a las de uso residencial- alertan a los contribuyentes cuando, por ejemplo, observan que pretenden vender una vivienda y su valor de mercado apenas se acerca al catastral. En plena crisis del sector del ladrillo los valores catastrales medios de los bienes urbanos se ha disparado en la zona un promedio del 26%, pasando de 21.168 a 26.708 euros. Esta situación genera una mayor presión fiscal al contribuyente a la hora de satisfacer el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o consecuencias en la liquidación del tributo de transmisiones patrimoniales. El alza es desigual en los nueve concellos de las comarcas donde, por cierto, el censo de propiedades urbanas se incrementó en 18.358 unidades entre los años 2006 y 2016 para totalizar 81.009. El crecimiento del padrón en algunos casos como Forcarei se debe precisamente a la aprobación de una nueva ponencia de valores. No conviene confundir la revisión con la regularización catastral, ésta última en plena aplicación en muchos municipios de la zona y de obligado cumplimiento por orden del Gobierno central. Pero volvemos a analizar la evolución del valor catastral medio en los ayuntamientos de las comarcas en diez años. Esta tasación se incrementó entre el 19% de Lalín y hasta un 144 en Rodeiro, lo que en promedios representa que las propiedades hayan aumentado su valor catastral algo más de 5.540 euros. Pero esta situación se interpreta mejor si se conocen los datos y particularidades de cada concello.

Lalín partía hace una década con un censo de 28.426 bienes inmuebles de naturaleza urbana y en el último balance de Catastro aparecen 3.623 más. Su valor catastral medio ha pasado de los 24.504 a los 29.063 euros. Menos de la mitad ha crecido el censo en A Estrada -de 15.010 a 16.228 propiedades-, aunque su tasación ha crecido un 59% al incrementarse desde los 23.601 a 37.431 euros. En Silleda Catastro tiene registradas 7.733 propiedades urbanas, que son 2.256 más, y la tasación media pasó de los 17.087 euros a los 24.367. Un 66% más de media ha crecido la valoración de los inmuebles en Vila de Cruces, con solo 604 altas más en una década -4.262 frente a 4.866- y la tasación alcanza ahora un promedio de 31.244 euros por los 18.852 de entonces. Se trata del segundo caso en el que más crecen sus valoraciones. La variación más llamativa se da en Rodeiro, ya que con los datos de Catastro en la mano, se concluye que su censo de bienes creció desde los 1.793 a los 1.981, mientras que el valor catastral medio se disparó de menos de 9.000 euros a algo más de 21.000. Medio centenar de bienes se dieron de alta en Agolada, para totalizar 2.440, y sus valoraciones subieron de 14.400 a 17.600 euros. Dozón es el único caso con menos inmuebles -725 frente a 733- y su tasación sube de 8.091 a 18.888 euros.

El valor catastral medio de los 10.444 bienes de Forcarei, que son 7.043 más, se incrementó de 9.900 euros a 12.757 euros. Por último, en Cerdedo este alza fue del 21% al pasar de los 10.167 euros a 12.333. En este caso las 4.483 propiedades urbanas son 2.904 más en diez años.