-¿Qué pensó cuando vio las imágenes del reciente incendio sucedido en el país vecino?

-Me resultó tremendamente impactante. En ese momento lo único que sientes es un dolor y una pena tremendos. Es una tragedia tanto por la parte ecológica y natural como por las vidas humanas que ahí se perdieron. Fue atroz. Es en este tipo de desgracias cuando nos sentimos más impotentes ante lo que es la magnitud de un incendio.

-Puesto que visita su tierra cada fin de semana, ¿qué le parece el estado de salud forestal del municipio de Lalín?

-Yo creo que se trata de un municipio muy rico, que tenemos muchísima diversidad ecológica y forestal, pero creo que no se está potenciando de manera adecuada ahora mismo.

-¿A qué se refiere con ese falta de potenciación?

-Cuando digo que no se potencia no me refiero a agentes externos. Creo que los propios habitantes de Lalín no son conscientes de la verdadera riqueza y el potencial que tienen, y de lo que se podría aprovechar.

-Póngame un ejemplo...

-Por ejemplo, los montes comunales. Es una de las cosas que a mi me cuesta muchas veces entender. En muchas ocasiones se encuentran demasiado fragmentados, donde cada uno se reparte media parcelita y creo que no están siendo utilizados debidamente para sacarle una rentabilidad como sucede en otros países que tienen mayor experiencia en gestión forestal como Alemania u otras zonas del centro de Europa. La propia población debe de ser la primera en ser consciente de este capital, pero también es cierto que las poblaciones rurales cada vez disminuyen más y el día a día de cada uno nos lleva a otros lados.