El incendio forestal iniciado en la tarde del lunes en la parroquia de Bidueiros, en el municipio de Dozón, se dio por extinguido a las 4.30 horas de la madrugada de ayer. Según las últimas estimaciones de la Consellería do Medio Rural, el fuego afectó a una superficie de treinta hectáreas de monte raso. Aunque se llegó a temer por una granja, finalmente fue controlado a tiempo y no llegó a acercarse a la misma.

Las llamas habían prendido a las 16.34 horas del lunes en tres focos simultáneos, dos de los cuales se unieron pronto en un único frente. Los medios humanos y técnicos se fueron incrementando y, finalmente, en su control llegaron a trabajar cuatro agentes forestales, nueve brigadas, seis motobombas, una pala y cuatro helicópteros. También prestaron apoyo en la zona los servicios de emergencias de Lalín y A Estrada. El incendio fue estabilizado unas tres horas después de su inicio y a las 21:55 se daba por controlado desde Medio Rural, si bien su extinción total no llegaría hasta las 4:30, es decir, doce horas después de su comienzo.

Conato en Agolada

La actividad incendiaria tuvo otro foco ayer en Agolada, en concreto, en el lugar de Bidueiros, perteneciente a la parroquia de Ferreiroa. El fuego se inició a las 17.02 horas, momento del aviso a los servicios de emergencia, y fue extinguido a las 19.26, según la información facilitada por la consellería. La superficie quemada se quedó por debajo de las 0,4 hectáreas, pues fueron 3.800 metros cuadrados -eso si, todas de monte arbolado-, según las estimaciones de Medio Rural, de modo que el siniestro tiene la calificación de conato. En los trabajos de extinción se emplearon un agente, dos brigadas forestales y tres motobombas, cuya rápida intervención evitó que las llamas se propagaran en una zona de monte arbolado.

La consellería recuerda que está a disposición de la ciudadanía un número de teléfono gratuito, el 085, al que deben llamar en caso de detectar algún incendio forestal. Ayer mismo, la titular de Medio Rural apelaba a la colaboración de los concellos para hacer cumplir la ley y obligar a los propietarios a mantener limpias sus fincas, sobre todo junto a núcleos habitados.