La reposición del césped de O Camballón no estuvo exenta de numerosos rifirrafes entre el Concello y la Diputación. El último se produjo a comienzos de agosto, cuando varias máquinas entraron en el campo, sin permiso municipal, para retirar fibra, caucho e impurezas. Miembros del gobierno local se desplazaron al cuartel de la Guardia Civil para denunciar esta incursión, mientras que desde la administración provincial se negaba cualquier relación con esa maquinaria. La tensión entre una y otra entidad fue tal que en algún momento el alcalde, Jesús Otero, llegó a plantear la posibilidad de llevar esta demora de las obras a los tribunales, visto que Carmela Silva ni siquiera quiso debatir una moción que presentó el entonces diputado provincial y exalcalde de Lalín, José Crespo, para agilizar la tramitación de unas obras demandadas desde hace tiempo.