Hasta el momento, sus muertes han quedado impunes y es muy posible que algunas incluso hayan pasado desapercibidas. Sin embargo, por poco agradable que resulte volver a ver estas imágenes, las hemerotecas arrojan amplia información sobre ataques a caballos que viven en los montes en régimen de libertad, como lo hacían los dos ejemplares de la Asociación Rapa das Bestas que aparecieron muertos y con señales de arma blanca en Cimadevila, en el municipio de Campo Lameiro. En montes en los que habita la cabaña de O Santo, junto con otros équidos que pertenecen a particulares, los ataques a caballos salvajes se cobraron la vida de al menos una treintena de animales desde 2003. Algunos de ellos aparecieron acuchillados y otros presentaban heridas de bala.

Los montes de Campo Lameiro, junto con los de Souto y Codeseda (A Estrada) o Cuntis fueron los escenarios de estas matanzas, que tienen como común denominador la dificultad para identificar a sus autores.

Precisamente para dar con la persona o personas que en los últimos días mataron al "garañón" Zepelín y a una yegua preñada propiedad de la Asociación Rapa das Bestas, el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil mantiene abierta una investigación que llevó a los agentes a regresar en la mañana de ayer a Cimadevila. Lo hicieron acompañados por el presidente del citado colectivo estradense, Henrique Bazal, y con la intención de realizar nuevas pesquisas para esclarecer cómo y a manos de quién murieron estos animales.

El regreso al entorno en el que encontraron a los dos équidos en compañía del Seprona motivó que finalmente la asociación no formalizase ayer la denuncia, tal y como tenía previsto.

Por desgracia, esta no es la primera vez que la entidad que impulsa la hasta el momento única Fiesta de Interés Turístico Internacional de A Estrada se ve en esta tesitura. De hecho, en Cimadevila tuvieron que personarse varias veces por ataques similares a su cabaña.

En marzo de 2003 el escenario de estos crueles actos fue el monte de Souto. Cinco caballos de una manada de las de Sabucedo aparecieron abatidos a tiros, una atroz estampa que se producía dos semanas después de que apareciesen en la zona folletos con instrucciones para matar a caballos y demás animales mostrencos. Las crónicas de la época recuerdan que, días antes, aparecieron otras cinco cabezas de ganado muertas en el entorno de Liripio.

En 2008 los autores de este tipo de ataques a caballos salvajes eligieron arma blanca para acabar con su vida. En los montes de Campo Lameiro aparecieron ocho caballos muertos, dispersos por la zona. Se apuntó entonces que los animales presentaban signos de un mismo modus operandi: todos tenían heridas a la altura de las costillas realizadas con algo similar a "un cuchillo afilado muy largo". Entonces como ahora, se incidía en que los équidos debieron de tener el instinto de huir atemorizados de la zona donde se perpetró el ataque, regresando malheridos al monte hasta que terminaron por desangrarse. En esta matanza perdieron la vida cuatro equinos de las manadas de O Santo, un macho de cuatro años, dos potros de un año y una yegua preñada. El resto de los caballos eran de propiedad particular.

Solo un año después, en marzo de 2009, la barbarie volvió a llamar a la puerta. Vecinos de Codeseda y de Cerdedo denunciaron que varios caballos de su propiedad aparecieron muertos a cuchilladas. Los hechos volvieron a producirse en Cimadevila, en Campo Lameiro. Fuentes vecinales confirmaron en los días sucesivos que este al menos un decena de equinos murieron acuchillados. Rapa das Bestas reconoció entonces que uno de ellos era de su propiedad, si bien no descartaba que otras yeguas de esta cabaña hubiesen corrido la misma suerte, al dar a dos de ellas por desaparecidas.

En el momento de formalizar la denuncia, se hizo constar la aparición en el lugar de Cimadevila y sus alrededor del cadáver de siete yeguas y caballos, cuya muerte se produjo a consecuencia de las heridas ocasionadas "por algún tipo de cuchillo o arma blanca". Otros dos ejemplares se daban por desaparecidos, sin poder concretar si corrieron misma suerte.

Noviembre de 2010. En esta ocasión Rapa as Bestas encontró dos de sus caballos muertos con un tiro de escopeta. Fueron hallados en Vilar de Mato, en la parroquia cuntiense de Cequeril. Estos animales pertenecían a las manadas del Cádavo, un monte relativamente próximo al lugar en el que fueron encontrados.

Pocos días después de este suceso Sabucedo volvería a perder otros dos animales, en esta ocasión en montes de Codeseda. Localizaron entonces dos potros en una zona de monte de Xubrei. Al menos uno de ellos presentaba una cuchillada. En el caso del otro animal no se pudo certificar, ya que se encontraba en una zona con barranco. Un tercer animal se sumaría a esta lamentable nómina, aunque finalmente la asociación no la reclamó como propia.

Diciembre de 2013. Un "garañón" de la cabaña de O Santo apareció muerto con un tiro de escopeta, en esta ocasión en la zona de Souto. Presentaba un disparo entre el pecho y el cuello.

Rapa das Bestas y varios particulares presentaron denuncias y llevaron muchas de estas muertes ante el juzgado. Sin embargo, la dificultad de descubrir quién se encontraba tras la escopeta o quién agarraba el cuchillo impidieron asociar estas pérdidas a sus culpables.