Mucho antes de que se popularizase el frigorífico, Forcarei tenía sus propias neveras. Se remontan a la época medieval. Concretamente, se cree que las Neveras de Fixó se empleaban en el siglo XVII. Eran utilizadas entonces por los monjes del Mosteiro de Aciveiro. Las empleaban para almacenar hielo. Es posible que en un primer momento su uso fuese, por así decirlo, de carácter más doméstico pero no tardaría en florecer una vertiente comercial que convertiría al mercado de hielo y nieve en una importante fuente de ingresos.

En el caso de las Neveras de Fixó, desde Turismo de Galicia se recordó en su momento que su uso fue para el propio Mosteiro de Aciveiro y el Cabildo de Santiago, pero la actividad comercial surgida a su alrededor terminaría convirtiéndolas en espacios de gran importancia para propiciar la conservación de carne, bebidas y sobre todo para fines médicos.

Situadas a más de 800 metros de altitud, los monjes recogían la nieve durante el invierno y la prensaban en el interior de estos espacios para su conservación. Aunque las Neveras de Forcarei son de origen medieval, todavía se utilizaban en las primeras décadas del siglo XVIII. El Camiño Real y el Camiño dos Arrieiros que unían el Mosteiro de Aciveiro con O Ribeiro favorecían el comercio del hielo en este ámbito.

Las características de estas neveras monacales las convierten en espacios únicos en Galicia. Es por ello que Forcarei quiere poner el acento en su recuperación y puesta en valor, a fin de promover la divulgación de estos recintos y de convertirlas en un importante reclamo turístico.

Con este mismo propósito los comuneros de Fixó-Portela, Sanguñedo y Vilariño diseñaron una ruta de senderismo bautizada como Ruta das Neveiras que, como no podía ser de otro modo, combina el disfrute de los parajes naturales de esta zona de Millerada con el acercamiento a estos singulares elementos etnográficos.

Para conocer la labor arqueológica que se está desarrollando en Fixó existe un blog y un perfil en la red social Facebook. A través de esta última se puede ir realizando un seguimiento de los trabajos realizados, acompañando a los arqueólogos en el descubrimiento de nuevos elementos que hacen prever que la relevancia de estas construcciones sea todavía mayor de lo que en un principio cabría suponer.