Eran las nueve de la mañana cuando un ciudadano se puso en contacto con representantes municipales para hacer notar una sensible bajada en la presión de agua que llegaba a su hogar. Pronto llegarían más llamadas. Las brigadas municipales se pudieron manos a la obra, acostumbradas como están en los últimos tiempos a hacer frente a los constantes achaques de la red de abastecimiento del casco urbano. La rotura de una tubería en las inmediaciones de los depósitos municipales de Penerada obligó a un nuevo corte general del suministro de agua.

Aunque entre ciudadanos y negocios ya comenzaba a crecer la preocupación ante una posible larga interrupción del servicio, en esta ocasión la incidencia se solventó con bastante celeridad. Los operarios municipales se desplazaron hasta Penerada y no tardaron en observar que el agua afloraba en una finca. Al no verse en la obligación de levantar acera o asfalto -unas obras que retardaron en roturas anteriores la localización del punto de fuga-, las máquinas pudieron abrirse camino con rapidez para dejar al descubierto la tubería rota.

El primer teniente de alcalde, Juan Constenla, explicó que el agua se cortó de forma general a las 10.00 horas y aseguró que a las 11.45 la incidencia estaba ya solucionada. No obstante, el tiempo necesario para que se llenase toda la red hizo que el agua no regresase a algunos hogares hasta pasadas las 12.00 horas, en especial en el que caso de las viviendas situadas en zonas más altas. Se calcula, por tanto, que desde que comenzó a detectarse falta de presión hasta que se restableció el servicio transcurrieron unas tres horas.

Al ser esta parte de la traída la única conducción de entrada del abastecimiento al casco urbano el Concello no tuvo más remedio que recurrir a otro corte general en el suministro. Constenla explicó que se trata de una conducción antigua, con partes todavía en fibrocemento. Subrayó la agilidad con la que respondieron y localizaron el problema las brigadas municipales. Señaló que la comprobación de los niveles del depósito mostraron que el almacenamiento de agua estaba más bajo de lo habitual, estimando que la rotura podía haberse producido antes de la franja horaria en la que se apreció una disminución de la presión con la que el agua llegaba a los hogares del casco urbano.

Este tramo de conducción del agua desde el depósito hasta la villa es, precisamente, la parte de la red de abastecimiento en la que se actuará de manera inminente, buscando crear una nueva red que aporte una canalización de seguridad. De este modo, cuando se produzca una incidencia como la de ayer no será necesario un corte general del servicio, pudiendo desviarse el agua por la conducción que no se encuentre afectada. El gobierno adjudicó ya de manera provisional estas obras -aunque todavía no se precisó qué empresa se encargará de ejecutarlas-, que tendrán un plazo de dos meses. La intención del ejecutivo es urgir que se acometan lo antes posible para atajar situaciones como la de ayer.