El Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de A Estrada incluye en sus apartados un catálogo de bienes y elementos a proteger en el municipio estradense. Dicho catálogo comprende el conjunto de bienes culturales existentes en el término municipal, que se incluyen en el documento aprobado en 2013 como integrantes de la arquitectura religiosa, civil, yacimientos arqueológicos, así como todos los hórreos, cruceros de más de cien años de antigüedad, BIC y otros bienes objeto de protección, en razón de sus valores etnográficos, arquitectónicos, culturales, artísticos o arqueológicos. Dicho catálogo se considera de carácter abierto, por lo que es susceptible de incorporar nuevos elementos.
Este catálogo de bienes a proteger tiene diferentes apartados, incluyendo los BIC -el Pazo de Oca, la Torre de Guimarei y la iglesia románica de Santiago de Tabeirós-, la arquitectura religiosa -en la que figuran un gran número de iglesias de las parroquias estradenses-, elementos etnográficos -los cruceiros-, los hórreos de especial valor o los yacimientos arqueológicos -mámoas y montes-. Por último, incluye un apartado destinado a catalogar la arquitectura civil del municipio estradense, que debe ser protegida con normas especiales.
En el caso del rural estradense, este apartado incluye un gran número de casas rectorales, puentes y pazos. Dentro del núcleo urbano, en esta clasificación se engloban, fundamentalmente, casas y edificios, de distintas características. En la práctica, su inclusión supone dotarlos de una protección con la que se busca evitar su desaparición o deterioro, lo que implica restricciones o requerimientos especiales en caso de que sean objeto de alguna intervención, tal y como se explica en el mencionado documento urbanístico.
En esta lista figuran un total de 45 elementos a proteger, aunque siete de ellos no son casas. Entre ellos figuran construcciones como el consistorio, el teatro principal, el colegio Jose Antonio, la escultura con la imagen de la virgen de la Plaza de la Inmaculada, el Museo do Pobo Estradense o incluso el palco de la música ubicado en los jardines municipales.
De esta manera, el PXOM incluye en su catálogo de bienes a proteger un total de 38 casas en el casco urbano estradense. De ellas, 25 figuran en la que podría considerarse calle principal de A Estrada, iniciando el camino en la plaza de la farola y terminando en la Avenida Fernando Conde. Esto implica que un 73 por ciento de las casas a proteger están en la misma zona, la que podría calificarse como la parte más histórica del casco urbano estradense. Las trece que no figuran en esta calle principal aparecen sin embargo en calles anexas como la rúa San Paio, la calle Don Nicolás o la Serafín Pazo.
De las zonas que conforman la calle principal de A Estrada destaca la calle Calvo Sotelo, en donde se pueden contar hasta 14 edificios protegidos por el PXOM estradense. Se trata principalmente de edificios constituidos por bajo y dos o tres plantas, los más altos de los que se incluyen en este informe de edificios históricos. Desde el número 6 hasta el número 39 son muchas la viviendas que figuran como protegidas. La altura de los edificios va descendiendo según se baja por la calle principal. En la rúa Ulla figuran cuatro viviendas de bajo y una planta. El mismo tipo de construcciones se pueden encontrar en la zona de Fernando Conde, en donde aparecen cinco viviendas a proteger. La lista de casas que figuran en el PXOM de esta zona se completa con las que se pueden encontrar en la plaza de la Farola y en la Porta do Sol. En estos puntos figuran emblemas de la A Estrada como el edificio de la Farola o el de la Porta do Sol, que han dado o tomado el nombre de las plazas en las que se asientan.
Viviendas abandonadas
Cabe destacar que muchas de estas casas incluidas en el PXOM se encuentran actualmente abandonadas y son varias las que se pueden encontrar a la venta. En otros casos sin embargo se ha optado por una rehabilitación, dando nueva vida a estos edificios históricos. Se trata sin embargo de viviendas de gran valor y que al mismo tiempo requieren una gran inversión en recuperación, siempre manteniendo las premisas marcadas para su restauración por estar catalogadas. Eso hace que sea más complicada su venta.
Cabe destacar además el caso de una de las viviendas protegidas en la Fernando Conde, sobre la que se desplomó una grúa de construcción. Finalmente fue derruida ante el peligro que entrañaba.
