Ismael Calvo delante de la construcción en su finca de A Penela. // Bernabé/Javier Lalín
El Camino de Invierno tiene entre sus senderos una particular construcción que no deja indiferente a ningún peregrino que pasa. Ésta se encuentra, concretamente, en un de los tramos que pasan por el lugar de A Penela, en la parroquia rodeirense de Pedroso. Muchos caminantes al verlo se quedan impresionados, y por esa razón no pueden evitar sacarse una foto o investigar cuál es el motivo que propició tal mausoleo.
La edificación tiene casi tres décadas de antigüedad y sus cimientos empedrados fueron levantados por Ismael Calvo Gutiérrez, un vecino de A Penela. Calvo comenzó a elaborar un pequeño estanque para poder depositar diversas aguas que corrían por varias parcelas que le pertenecían. Tras erigir la base de la construcción, comenzaron los problemas para poder canalizar dichas aguas, algunas de ellas ubicadas a una considerable distancia de su propia casa, donde estaba el estanque. Muchos fueron los pleitos que tuvo que afrontar contra sus propios vecinos que no le dejaban canalizar el manantial, puesto que dicha canalización pasaba por sus parcelas. Tras diversos procesos judiciales, finalmente, Calvo pudo transportar el agua.
Caída de las aguas traídas por diferentes tuberías en el estanque. // Bernabé / Javier Lalín
Ahora se enorgullece del hecho de haber ganado y por esa razón ha continuado su trabajo adornado dicho estanque a su gusto. En él se puede encontrar desde el típico cruceiro, hasta una estatua a medida del propio dueño de la construcción. Calvo señala que al estanque llegan cuatro aguas de diferentes partes de la parroquia y que algunas de ellas fueron traídas por él mismo, así como el levantamiento de los cimientos. Asegura que continuó trabajando en este mausoleo, que "puede venir a admirar todo cristiano", después de conseguir tal hazaña, y por eso creyó que poner este conjunto recordaría el hecho después de su muerte.
En medio del estanque se encuentra ubicado un escrito redactado según Calvo por el rey emérito, Juan Carlos I, como contestación a una carta que le había mandado él previamente. Además, al lado, colocó una foto a tamaño real de sí mismo.
En la fachada del mausoleo se puede ver a un lado una estatua a medida del creador, a la que apoyan dos fotos de Francisco Franco, del que se declara admirador. Al otro lado de la fachada, una piedra se levanta a casi tres metros de altura con una inscripción que aclara su hazaña. Esta informa de que se trata la construcción, "Homenaje en vida a D. Ismael Calvo Gutiérrez por este monumento de las aguas ganadas por contrato y sentencias por tal motivo se nombra caudillo de las mismas, segundo de España, franco en la Guerra e Ismael en la guerra de estas aguas".
Ahora el mausoleo se ha vuelto en un peculiar atractivo para los peregrinos que pasan, por eso Calvo sostiene que en muchas ocasiones se para a hablar con caminantes de diferentes nacionalidades, al que les explica por qué ha realizado esta construcción.
Carta de Juan Carlos I. // Bernabé / Javier Lalín
