Miles de kilómetros y un océano de por medio. Esa es la distancia que separa Ouzande de Río de Janeiro, la ciudad brasileña que ultima detalles para abrazar la nueva edición de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, la parroquia estradense se lanza por cuarta vez a una aventura, aunque a pequeña escala, semejante a la que se vivirá al otro lado del mundo. El 14 de agosto, la Asociación A Fervenza de Ouzande tiene previsto celebrar una jornada vespertina llena de actividades que, aunque dirigidas especialmente a los más pequeños de la casa, están abiertas a la particiación de todos los públicos.
El presidente del colectivo organizador, Xabier Camba, declaró ayer que esta iniciativa nació en 2004 coincidiendo con los juegos de Atenas. "Buscamos en eso un motivo para organizar actividades lúdicas", aseguró. Según sus palabras, la primera edición funcionó "muy bien" y A Fervenza decidió que repetirían un día de juegos y diversión cada cuatro años. Aunque los Juegos Olímpicos sean de carácter itinerante, Ouzande decidió hace 12 veranos asentar la jornada en la parroquia como una tradición más a la que rendir culto.
Además, la celebración de los Xogos Oulímpicos, como ellos han bautizado la jornada jugando con el nombre de la parroquia, coincide con las fiestas en honor a San Lorenzo. De todas formas, Camba recalca que la organización de los festejos en Ouzande corre a cargo de la comisión, colectivo diferenciado de la asociación A Fervenza.
Su presidente reconoce que el cartel de actividades de la cuarta edición todavía no está cerrado pero que, probablemente, incluirán las actividades más dinámicas y recordadas por el público que participó en las tres Oulimpiadas anteriores. Camba puso como ejemplo el tradicional "levantamento do carozo", juego que consiste en construir castillos con el corazón de la mazorca. Los sacos cooperativos o un recorrido en bicicleta son otras de las opciones que la asociación está barajando repetir este año.
Camba asegura que las expectativas "son buenas", a pesar de que el factor climatológico puede convertirse en el gran enemigo o en el mejor aliado de la jornada oulímpica. Incide en que se está convirtiendo en una actividad "clásica" de A Fervenza y que a la pasada edición, la del año 2012, hubo más de 40 participantes. Pero recuerda que a esta cifra hay que sumar el centenar de personas curiosas que se encontraban entre el público.
Con su empeño, Ouzande no tiene por qué envidiar a Río. Frente a la competición, lo que busca la parroquia estradense es un ambiente de confraternidad y diversión. Ese día, la única diferencia que separará a los niños de los adultos será la marcada por la edad.
