El Concello de A Estrada retomará en el mes de septiembre el proyecto de puesta en marcha de un banco municipal de vivienda en el que puedan integrarse inmuebles, ya sean casas o pisos en el casco urbano, destinados a un alquiler de carácter social. La edil de Benestar Social, Amalia Goldar, reconoció que el programa se encuentra en estos momentos parado pero que la iniciativa se revitalizará tras la temporada estival, previsiblemente con la puesta en marcha de un censo que permita conocer el número aproximado de inmuebles que podrían adherirse al programa impulsado por la administración local.

La configuración de este censo implicaría la apertura de un plazo para que los propietarios puedan hacer llegar al Concello su interés en sumarse a este banco de vivienda, de tal manera que sus inmuebles puedan ser alquilados, percibiendo la correspondiente renta, a personas que se encuentren en una situación de emergencia social.

Una vez comprobada la respuesta de los propietarios y, con los datos en la mano del número de inmuebles que podrían conformar esta bolsa de vivienda, el ayuntamiento valoraría si impulsa un reglamento propio de funcionamiento y activa este programa en solitario o bien se acoge a convenios como los ofertados por la administración gallega. El objetivo, en todo caso, es que los propietarios puedan ceder inmuebles para su alquiler con todas las garantías, tanto en lo que respecta al cobro por este arrendamiento como en lo referente a los correspondientes seguros, por ejemplo.

Amalia Goldar ya se mostró partidaria en su día, cuando trascendió que el gobierno local tenía previsto recoger el guante lanzado por el grupo municipal del BNG y activar una bolsa de vivienda urbana para emergencias sociales, de confeccionar una normativa muy detallada en la que se contemplen aspectos como cuáles serían los requisitos para el acceso a este tipo de vivienda, por cuánto tiempo se ocuparían estos inmuebles, cuál sería el régimen jurídico vinculado a esta ocupación o la estipulación "muy clara" de los derechos y deberes de inquilinos y arrendadores. Habría que precisar también en estas reglas quién se encargaría de realizar el abono al propietario de estos pisos, si quien los ocupa o el ayuntamiento.

Desde el Concello se indicó asimismo que con esta bolsa de vivienda urbana se lograría un doble objetivo: disponer de una solución en materia de vivienda para situaciones de emergencia social a bajo coste y, por otro lado evitar para los propietarios de los inmuebles el deterioro que los pisos terminan experimentando al encontrase deshabitados.

Amalia Goldar indicó que estuvo estudiando los reglamentos que regulan bancos de viviendas de estas características en otros ayuntamientos y que también está analizando los programas que podría ofrecer la Xunta de Galicia en este sentido. Sin embargo, se mostró partidaria de conocer primero si existe interés entre los propietarios de A Estrada de viviendas desocupadas de apostar por este tipo de uso. Será después el momento de valorar si un convenio, que aporte todas las garantías exigidas, resulta la mejor opción para llevar esta iniciativa a la práctica.

Por otro lado, A Estrada tiene reservada una partida de 30.000 euros en los presupuestos de este ejercicio económico para rehabilitar tres o cuatro antiguas viviendas escolares para dedicarlas también a ofrecer una alternativa habitacional para situaciones de emergencia social. El gobierno local todavía no ha decidido qué inmuebles podría acondicionar para este fin.

En estos momentos el Concello de A Estrada está haciendo frente a casos de emergencia social a través de varias fórmulas. Una de las alternativas es buscar refuerzo en organismos autonómicos, caso de casas de acogida o pisos de la Xunta u otras administraciones. El ayuntamiento también recurre al hospedaje de las personas que atraviesan este tipo de situaciones por espacio de uno o dos días, mientras se apuran los trámites para resolver su situación. En algún caso también se hizo uso de escuelas rurales en condiciones de habitabilidad.