Después de meses de trabajo, la lluvia frustró el Viernes Santo a muchos estradenses que deseaban ver cómo la devoción, el recogimiento y la pasión de la Semana Santa salían por la puerta del templo en procesión para llegar a múltiples rincones del casco urbano. Las adversas condiciones meteorológicas impidieron la salida de la esperada procesión del Santo Entierro, arrancando las lágrimas de quienes aguardaban, este año de manera especial, dar estos pasos.

Después de finalizar los concurridos oficios en la iglesia parroquial de San Paio, fue el propio párroco el encargado de anunciar lo evidente. El esfuerzo invertido para preparar la procesión del día grande de la Semana Santa estradense -su recorrido llevaba días anunciado con banderolas con el emblema de la Cofradía de la Santa Cruz- tendrá que transformarse en ánimos para el próximo año. José Antonio Ortigueira invitó a los presentes, entre los que destacaban los hábitos de los cofrades y las mantillas negras, a llevarse a casa los claveles rojos que engalanaban la carroza en la que la cofradía tenía previsto llevar por las calles de A Estrada la imagen del Cristo Crucificado y que previamente habían sido bendecidos.

En Cerdedo, la lluvia no impidió que, al menos, pudiese celebrarse uno de los momentos más esperados de la Semana Santa local: el Desenclavo, contando para ello con la imagen articulada de un Cristo. Los niños tuvieron especial protagonismo durante estos oficios, participando de forma activa en la representación del desenclavo.

Hoy, la comarca de Tabeirós-Terra de Montes celebrará en sus templos el Domingo de Pascua. En A Estrada, habrá misa rezada a las 10.15 horas, celebración solemne de la Pascua de Resurrección a las 12.30 horas -habrá bautizos- y nuevamente misa rezada por la tarde, ya con arreglo al nuevo horario de celebraciones vespertinas (20.00 horas).

Sustracción de banderolas

A la decepción de no poder ver salir la procesión del Santo Entierro, con todo el trabajo y dedicación que tiene detrás, la cofradía de la Santa Cruz tuvo que sumar este año la indignación por la desaparición de un buen número de las banderolas que engalanaban las calles por las que discurriría este paso. El presidente de los cofrades locales, Félix Cela, hizo ayer pública una pequeña carta. En ella reconoce la falta de estos objetos propiedad de la cofradía y pide a la persona o personas que los hayan cogido que busquen la forma de hacérselos llegar de nuevo. "La vida de un pueblo se refleja en sus calles y lo que le hace grande es la convivencia, dentro del respeto y diversidad de sentimientos", escribe Cela, que también señala: "Tenemos que hacer y transmitir compañerismo, solidaridad, perdón y arrepentimiento". Como representante de la cofradía pide "disculpas por cualquier palabra o calificación que no haya sido acertada".