"Ha pasado muy rápido", confiesa Román Rodríguez al cumplirse su primer aniversario como conselleiro de la Xunta de Galicia. Mantiene una estrecha relación con Lalín, en donde sigue viviendo, y asume sus nuevas responsabilidades con "normalidad". "Los vecinos me ven a diario en la calle, con mi familia y amigos. Obviamente, la intensidad del trabajo diario me deja muy poco tiempo libre, pero procuro exprimirlo todo lo que puedo en mi concello", manifiesta. El eterno delfín de José Crespo Iglesias no rehuye ningún asunto, pero se le intuye más cómodo hablando de las materias que ahora le competen como máximo responsable de la educación y la cultura en Galicia. "Nuestros niños y niñas son el bien más valioso que tenemos como país y para ellos trabajamos y nos esforzamos día a día", proclama.
-¿Ha cambiado mucho su vida en el último año?
-La responsabilidad política de la cultura y la educación de tu país es un reto complejo, pero ilusionante y agradecido, puesto que estamos en contacto diario con toda la comunidad educativa, escuchando, compartiendo y, en la medida de lo posible, resolviendo sus inquietudes. También con el mundo de la cultura, esparcimos las raíces culturales, ya profundas, y la potencia de los creadores gallegos.
--¿Cómo se ve desde la distancia la situación actual de Lalín, cambio de gobierno incluido?
--Vaya por delante mi máximo respeto al alcalde y a toda la corporación municipal. Como concejal que fui de mi pueblo durante más de quince años, vi crecer y progresar Lalín, que se hizo un nombre no solo en Galicia, sino en España. Después de estos años de dificultades económicas, muy duros, el desafío actual pasa por mantener los niveles de bienestar y cohesión social que siempre tuvo Lalín, sin ningún tipo de miedo o prejuicio.
--¿Qué opinión le merecen eslóganes tan de moda como Lalín alborexa o Lalín alborexaSe é de Lalín é bo
--Humildemente, entiendo la política como un trabajo a favor de la gente, gestionando servicios públicos colectivos y acciones que repercutan en la mejora de la calidad y las condiciones de vida de las personas. Así lo hice, con errores y aciertos, como concejal de Lalín. Ahora me toca abordar asuntos como la financiación universitaria, la legislación de los bienes patrimoniales, la modernización educativa, la actividad de más de 30.000 profesionales docentes, apoyar la potencia creadora de este país... A mi me ocupa y me preocupa la política de hechos y realidades y no, como usted define, los eslóganes.
-¿Cómo valora el papel de su mentor, José Crespo Iglesias, en la oposición y también en el Senado?
-Yo solo puedo tener palabras de agradecimiento y reconocimiento para Pepe Crespo, que siempre trabajó a favor del potencial de crecimiento que tenía Lalín. Además, muy pocos políticos pueden presumir de tener un balance de 25 años como alcalde -con seis mayorías absolutas y siendo de nuevo la lista más votada en las últimas elecciones- al servicio de todos los vecinos, un compromiso que mantiene intacto ahora como portavoz de la oposición. Y no me cabe la menor duda de que, como senador, buscará siempre lo mejor para todos los lalinenses porque lleva a su pueblo en el corazón. Pepe Crespo es el catalizador de un proyecto colectivo, con capacidad de reinventarse a si mismo gracias al apoyo vecinal que siempre ha tenido, un apoyo ganado a pulso porque priorizó Lalín y trabajó siempre pensando más en el bienestar colectivo del concello que en el suyo propio.
-¿Se ve como candidato a la Alcaldía de Lalín en 2019? ¿Se lo han planteado? ¿Tiene esa aspiración?
-Yo trabajo en el día a día, con lo cual pensar en 2019, como comprenderá, es política ficción. Mi compromiso actual está con la educación y la cultura de Galicia. Esa es mi responsabilidad y por lo que trabajo diariamente.
-Vayamos, pues, a sus actuales responsabilidades. ¿Se produjo esa avalancha de peticiones por parte de las instituciones dezanas que se anunciaba por ser usted de aquí?
-No lo creo. Esta zona está a un nivel similar a otras, puesto que hay que tener en cuenta que en la consellería recibimos peticiones a diario de multitud de concellos. Obviamente, y como no podía ser de otra manera, procuramos atenderlas todas bajo los mismos criterios de prioridad. No podemos olvidar que contamos con más de 1.200 centros educativos en donde estudian 260.000 alumnos, con lo cual las necesidades son constantes.
-¿Qué deficits detectan en Deza y Tabeirós-Terra de Montes en los ámbitos de su competencia?
-Todos los concellos que conforman ambas comarcas son rurales, en los que la consellería tiene que conjugar la disminución y dispersión del alumnado con los servicios educativos necesarios. En este sentido, estamos haciendo una fuerte apuesta por la implantación de las nuevas tecnologías -proyecto Abalar, E-Dixgal- en el rural, con el objetivo de que todos los niños, con independencia de sus circunstancias y del lugar en el que vivan, puedan tener acceso a estos recursos. Mejoramos, por tanto, las infraestructuras tecnológicas, pero también las dotaciones en las bibliotecas en un buen número de centros. Seguimos extendiendo la implementación de los contratos-programa, caso del IES Aller Ulloa, que tienen una recupersión muy directa en la mejora de la equidad educativa e implican a toda la comunidad escolar en el ilusionante reto de alcanzar la excelencia.
-¿Hay alguna actuación nueva prevista para Deza y/o Tabeirós en el ámbito de la educación?
-Desde 2009 se han invertido casi 7 millones de euros en obras de mejora y renovación de centros educativos solo en Deza, lo que da una clara muestra del esfuerzo realizado. Sin ir más lejos, este curso tenemos prevista una actuación en el IES Laxeiro, que se suma a otras novedades ya puestas en marcha, como son los ciclos de atención a personas dependientes, en el IES Marco do Camballón, o el de técnico deportivo en salvamento y socorrismo, en el Losada Diéguez, en colaboración con la Academia Galega de Seguridade Pública. Estamos, por tanto, estudiando y evaluando las necesidades de cada zona, tanto materiales como formativas y dando respuesta en la medida de nuestras posibilidades.
Por otro lado, me gustaría subrayar que hasta hace escasos meses, en Lalín contábamos con un gran servicio de proximidad no solo para el concello, sino para toda la comarca, como era la UNED. Permitió que muchas personas de la zona que, por sus circunstancias personales o laborales, no pudieron acercarse hasta una de las tres universidades de Galicia, tuviesen acceso a los estudios universitarios. Lalín tenía, por tanto, una universidad de proximidad apegada al pueblo y que, en definitiva, funcionaba com un servicio social más. Por tanto, lamento su pérdida y espero que no signifique dar un paso atrás en Lalín.
-Una de las asignaturas pendientes en la zona es la ampliación del comedor del CEIP Xesús Golmar. ¿Hay opciones reales de atender la demanda de la ANPA?
-La ANPA de este centro, igual que todas las demás, sabe que tiene un canal directo de comunicación y diálogo con la consellería a través de la jefatura territorial para consultar cualquier duda. Pero también hay que resaltar que hablamos del centro que atiende a más usuarios de comedor escolar en todo Lalín. De hecho, los lunes y los miércoles hablamos de 523 menús. Es más, es uno de los pocos centros de la provincia en el que comen niños de secundaria. En este contexto, el 100% del alumnado obligatorio -que se fixa siguiendo criterios públicos para la comunidad educativa- tiene plaza en el servicio de comedor. Como es obvio, la consellería debe primar aquellos niños que cumplen con esos criterios objetivos. Lo contrario sería ir contra la normativa y perjudicar a las familias que si están dentro del área de influencia. Además, no podemos confundir un servicio vinculado al proceso educativo con uno de conciliación familiar.
-Otros problemas del colegio son el exceso de calor en las aulas, que se mantiene a pesar de los toldos instalados, o la demanda de un patio cubierto.
-El año pasado se construyó, en colaboración con la anterior corporación municipal y la Diputación de Pontevedra, un porche cubierto en la zona de infantil. Y se invirtieron más de 20.000 euros para aislamiento térmico, junto con otras acciones que nos deben hacer reflexionar sobre el diseño arquitectónico de los proyectos.
-Hablando de patios cubiertos, ¿que soluciones brindan a las peticiones de los colegios públicos de Silleda y Vila de Cruces?
-En el CEIP de Silleda, el jefe territorial mantuvo una reunión con la ANPA y el equipo directivo a finales del año pasado precisamente para abordar esa situación. En el encuentro se comprometió a reparar la caldera de calefacción del centro, pero también les transmitió que, en base a criterios técnicos, las otras demandas formuladas no se entendían como prioritarias, como así lo compartió la propia dirección del centro. En cuanto al CEIP Nosa Señora da Piedade, estamos trabajando en un proyecto de intervención integral que supondrá una mejora sobresaliente, una reforma que se presentará en breve dentro de una línea de acción global.
-La rehabilitación del Pazo de Liñares ha sido una de las últimas grandes actuaciones de su etapa de edil. ¿Qué faltaría por hacer?
-Lalín cuenta con un contenedor cultural de referencia para toda la comarca, co lo cual todas las actuaciones que en él se lleven a cabo tienen que ir orientadas a poner en valor el patrimonio no solo de Lalín, sino de todos los concellos que lo rodean, que es muy rico. El Pazo de Liñares es, en si mismo, un atractivo cultural, pero ahora debe consolidarse como un punto de referencia cultural y temática no solo para sus gentes, sino para todos los visitantes que se acercan hasta la comarca. Tanto el Museo do Títere como el Centro Castrexo son ya dos elementos de gran interés.
