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Cinco años y volvemos

A Estrada cuenta con muchos carteles anunciadores de obras que se mantienen tiempo después de realizarse

Cartel que se podía ver en las colonias. // Bernabé/Javier Lalín

El rural es su hábitat más habitual. Allí encuentran la calma y el anonimato que necesitan para prolongarse en el tiempo. Lejos de las miradas de la mayoría, los carteles llegan en muchos casos a convertirse en invisibles, literalmente. Son muchos los carteles de obra que han permanecido tanto tiempo en zonas del rural que han terminado totalmente blancos o incluso han conseguido mimetizarse con la maleza del entorno para esconderse definitivamente de aquellos que amenazan su existencia.

En muchos casos sin embargo, esos carteles eternos también consiguen encontrar su espacio en el casco urbano o en edificios o construcciones importantes, aunque siempre lejos del consistorio, como si su radar llegase solo hasta un punto determinado. A Estrada es un buen ejemplo de esa dejadez a la hora de buscar y retirar carteles de obras realizadas años antes. En este sentido se llevan el primer premio las instalaciones deportivas, en las que el gobierno dirigido por José López y la Diputación de Pontevedra han invertido mucho desde la llegada a la alcaldía de A Estrada hace casi cinco años. En los inicios de su primer mandato, el regidor local llevó a cabo el arreglo de la cubierta del pabellón Multiusos y el campo de hierba sintética de Callobre, con su correspondiente iluminación y gradas. Tal y como se puede ver en los carteles que todavía siguen anunciando estas dos obras, fueron realizadas con cargo a la Diputación, dentro de su plan 2009-2011. En la puerta del estadio de San Martiño incluso se pueden ver dos carteles, uno por las torretas y otro por el graderío.

Con cargo al mismo plan 2009-2010 se llevó a cabo también la construcción del nuevo Estadio Municipal de A Estrada. Fueron más de un millón de euros de inversión, algo que siguen recordando a los aficionados del Estradense cada vez que van al campo.

Fuera de las instalaciones deportivas, este tipo de carteles proliferan especialmente en arreglos de calzadas o construcciones de aceras. En muchos casos, los carteles terminan cayendo con el paso del tiempo o bien se retiran precisamente porque amenazan con poner en peligro a los que pasan cerca de ellos.

Cabe destacar que estos carteles no van más allá de cinco años. Todas son obras realizadas por el actual gobierno. Hasta los carteles de obra parecen tener fecha de caducidad. Una vez cada cuatro años les toca tomar aire mientras rezan por una renovación de contrato.

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