Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Aquí quedaremos con la caza mayor; a mí no me gusta matar un corzo por lo bonito que es"

-¿Echará de menos su trabajo cuando le llegue la jubilación en el mes de marzo? ¿En qué tiene pensado invertir su tiempo?

-Voy a echar de menos a esos pacientes de toda la vida que esperan por ti a la época de la vacunación o cuando tienen un problema en un oído, que te dicen que el día que te jubiles no saben cómo van a hacer. Hay gente mayor que no te cambia en la vida por la atención que le ofreces. Se crea un vínculo muy especial e incluso en muchas ocasiones pasa de padres a hijos. Si los hijos ven que a sus padres les va bien con determinado profesional, ellos mismos deciden seguir con el mismo. En pediatría, por ejemplo, pasa lo mismo porque tienen muy buena atención en el ambulatorio. En cuanto me jubile, no tengo ni idea de qué voy a hacer. Habrá que levantarse por la mañana, juntarse con tres o cuatro amigos, dar una vuelta por el Pontiñas y, después, tomar un vino, comer y jugar una partida. A mi me gusta mucho ir a una casa que tengo en Pedroso, a donde suelo ir por las tardes, y voy con los perros al monte.

-Fue durante ocho años presidente de la Sociedad de Caza y Pesca de Rodeiro, ¿sigue yendo a cazar en la temporada?

-Por supuesto, jueves, domingos y festivos. La caza es un deporte bonito que existió siempre y que se tiene que practicar con una reglamentación para evitar el gran furtivismo que tenemos por aquí, que es difícil de erradicar. En Rodeiro lo pasamos mal porque un mes antes de empezar la temporada murió el 80 por ciento de los conejos por una enfermedad vírica. Aquí quedaremos con la caza mayor, que a mi no me gusta porque el corzo es un animal que me da pena matarlo por lo bonito que es. Yo para cazar me siento bien todavía, y ahora más que dejé de fumar. Así que, de momento, seguiré cazando con mis cuatro perros.

Compartir el artículo

stats