Los peores presagios se han cumplido. El hallazgo de los restos del pastor alemán desaparecido el viernes de una casa del lugar de Paramá, en la parroquia estradense de Santo André de Vea, no hace más que reafirmar a sus dueños en su convicción de que tanto este animal como el caniche que les había desaparecido cuatro días antes han sido devorados por los lobos. Los huesos y el rabo del pastor alemán -cuyo peso superaba los 35 kilos- aparecieron ayer en una finca sita a escasos metros de la casa de sus dueños. Así lo confirmó en la tarde de ayer José Manuel Baños Miranda, el nieto de la propietaria del animal, María Miranda Carballo.

Baños comunicó ayer el hallazgo a la Xunta y esta le confirmó la reapertura del expediente que se abrió a raíz de la denuncia presentada por la familia por la desaparición forzada de sus dos canes. Entonces, un agente autonómico se había desplazado hasta su vivienda y tomó buena nota de lo ocurrido. Ambos perros dejaron un rastro con señales de lucha a última hora del día con solo cuatro de diferencia. La familia -que también quiere que Seprona se desplace hasta el punto para tomar alguna medida- urge a realizar una batida al lobo en este ámbito. Señala que, en vista de los recientes ataques, nadie está a salvo. Apuntan que en su lugar viven niños y personas mayores, que son muy vulnerables. Urgen a tomar medidas antes de que la víctima pueda ser una persona.