Francisco Vilariño ocupó el quinto puesto en la candidatura del BNG en las últimas elecciones municipales, por lo que su regreso obliga a renunciar a las tres personas que le antecedían: Los exediles José Luis Sucasas Fernández y Guadalupe Novoa Carballude y María José Buján Varela. Todo apunta a que los tres han aceptado dejar vía libre al exconcejal y actual presidente de la Asociación de Veciños de Moneixas, a quien distintos compañeros han pedido insistentemente su regreso a la arena política durante los últimos meses para liderar un proceso de renovación interna. Este se consumó durante una reunión que tuvo lugar a última hora del pasado jueves en la sede nacionalista de Lalín.

A favor del retorno de Vilariño juega la experiencia adquirida durante su anterior etapa y una larga trayectoria de dedicación a la política en la agrupación local del Bloque. Aemás, su buena sintonía personal con Rafael Cuiña podría favorecer la reapertura de negociaciones para entrar en el gobierno, una posibilidad que ambas partes siempre han dejado abierta. No puede decirse lo mismo de los dos socios minoritarios del ejecutivo, pues la vuelta de Vilariño podría reabrir, por un lado, viejas rencillas con el PSOE de Nicolás González Casares y, por otro, con una parte de la dirección de APAC, entre los que hay antiguos simpatizantes de la formación nacionalista.