Cabo Verde. Un archipiélago de islas, flotando en la inmensidad del oceáno Atlántico, queriendo rozar la costa africana. Ana Ferradáns, una joven de espíritu aventurero que dona su mes de vacaciones a una causa solidaria. Se embarca en una de esas experiencias que se convierten en anécdota con el paso de los años. Hoy se atreve a vaticinar, con ilusión contenida, un viaje que, aun con el rápido suceder del tiempo, será inolvidable.

- ¿Cómo conoció el programa Vacacións con Traballo?

- El programa es un convenio que existe entre las administraciones locales que colaboran con el Fondo Gallego de Cooperación. El Concello de A Estrada lleva cooperando con ellos muchos años, por lo que yo ya conocía este proyecto desde hace tiempo. El año pasado presenté una solicitud para participar y no me cogieron pero este año sí. Y me enteré porque me lo dijo la jefa de Servizos Sociais del Concello. Yo le había dicho que me gustaría ir de cooperante y ella me habló un poco de que existía ese programa y por eso me presenté.

- ¿Y qué despertó en usted este programa como para animarla a presentarse a él?

- Porque yo creo que todos deberíamos hacer algo por los demás en algún momento de nuestras vidas. Y la verdad es que me llamó mucho la atención este programa cuando la jefa de Servizos Sociais me habló de él por eso de que siempre tiene lugar en países en vías de desarrollo. De hecho, este año es en Cabo Verde, Nicaragua y Honduras. Entonces yo creo que es una experiencia vital increíble. Seguramente después de que haga esto voy a crecer como persona. Sobre todo cuando vea la realidad en la que vive otra gente que es mucho peor que la nuestra y aprender a valorar lo que tengo.

- Se va a la Isla de Santiago, en Cabo Verde. ¿Este destino lo escogió o se lo asignaron?

- El destino me lo asignaron. Ellos me seleccionaron porque tengo un máster en Dirección de Recursos Humanos y el proyecto que se va a desarrollar allí es el que invierte Galicia, del que todavía sé muy poquito.

- ¿Qué es lo que nos puede adelantar de su trabajo allí?

- Allí están instalando unos sistemas de riego para fomentar la economía de subsistencia, es decir, la agricultura. En vez de dárselo a una empresa particular van a hacer que se gestione a través de asociaciones de agricultores. Entonces, en principio, lo que yo tengo que hacer es coordinar esos colectivos. Y el haber hecho el máster me va a ayudar en el tema de la organización.

- Va a hacer alguna actividad, a parte de la coordinación de las asociaciones de agricultores, que esté programada?

- Yo creo que es todo un programa íntegro de cooperación, con todo lo que implica eso. Lo que ocurre es que nos van a dar más detalles ahora, a mediados de agosto. También tenemos unas jornadas de formación previas pero no sé exactamente en qué consisten todavía.

- Ante esto, ¿con qué cree que se va a encontrar al llegar allí?

- La verdad es que no he estado investigando mucho. Todo el mundo me dice que busque información pero yo prefiero ir un poco más a la aventura. De todas formas, yo creo que voy a encontrar gente humilde. De hecho, el encargado del proyecto hace unas semanas estuvo allí y nos dijo que él, como impresión, que creía que el recibimiento va a ser genial porque allí las personas son muy cálidas, muy cercanas y también muy agradecidas.

- Con esa perspectiva, ¿cuáles cree que van a ser las principales dificultades con las que se encontrará una vez en Cabo Verde?

- Creo que la lengua. A pesar de que ellos hablan portugués siempre me cuesta al principio adaptarme un poco al idioma. Después me imagino que la temperatura porque allí es muy elevada y hay muchísima humedad. Al principio también voy a notar un montón la comida. Me supongo que también es duro ver la realidad de esa gente. De hecho he visto alguna foto de cómo es Cabo Verde y los accesos y las comunicaciones son fatales.