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Las cañas pliegan velas tras una campaña decepcionante

La temporada de pesca de trucha se cierra en Deza con menos capturas y más devoluciones por el pequeño tamaño de los peces

Pescadores durante la jornada inaugural de la temporada de trucha, en el Arnego. // Bernabé/Luismy

La temporada de pesca de trucha bajó el telón el pasado viernes con sentimientos encontrados entre los numeroso pescadores de la comarca dezana. "Las encuentras que hacemos entre nuestros pescadores dicen que fue una temporada similar a la del año pasado en cuanto a capturas, pero con mucha devolución de peces por no dar la medida", explica Jesús Pérez Caramés, presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Silleda. Sin embargo, Manuel Guerra, guardia de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín se mostró mucho más pesimista señalando que "las capturas fueron pocas porque habría que repoblar los ríos debido a que la contaminación influye mucho por los vertidos de purín que ahora están realizando los prados cercanos a los ríos, algo que antes no se hacía". Mientras, José Antonio Calveiro, pescador del Club Castillo Ulla-Deza, reconoce que "esto va a menos porque la contaminación indirecta de algunas depuradoras influyó".

La tradicional realización de encuestas a pie de río por parte de los diferentes colectivos de pescadores dezanos coinciden en señalar que la pesca de truchas en ríos como el Asneiro, el Arnego, el Deza, el Toxa o el Taboada sigue disminuyendo. José Antonio Calveiro, al que todos le conocen como "Peque" en su club, hace votos para que esta modalidad deportiva "siga como en los dos últimos años y poder conservar los ríos", algo que se antoja fundamental para que se pueda seguir pescando en la zona. Porque es unánime la opinión de que la pesca de trucha debe perdurar para poder mantener las licencias que, por ejemplo, en el caso de Silleda vio como se tuvieron que duplicar los cotos diarios en el río Toxa al inicio de la campaña.

Otro aspecto importante señalado por Manuel Guerra, guardia de la Sociedade de Caza e Pesca de Lalín, es la cada vez menor presencia de pescadores jóvenes en los márgenes de los ríos dezanos. "Es evidente que ha disminuido el número de gente joven entre los pescadores, pero eso pasa porque no se pesca y, también, porque cada año las licencias son más caras", asegura un Guerra que tiene a su cargo los cotos de Botos, por donde pasa el Asneiro y el de Rodeiro, con el Arnego como río principal. Este guardia lalinense es un ferviente defensor de la repoblación de los ríos que este año bajaron con poco caudal, a pesar de iniciar la temporada con mucha agua provocado por las lluvias del pasado invierno en toda la zona.

Una vez finalizada la campaña, ahora toca recapacitar y prepararse para una próxima edición en la que, como siempre, la meteorología jugará un importante papel, pero en la que también será necesario hacer caso a las voces que claman por una mayor cuidado de los ríos, sobre todo, en términos medioambientales. Cabe recordar que como novedades de la temporada, los pescadores se encontraron con que los jueves no festivos sólo se pudo pescar sin muerte y se incrementó de nuevo la oferta de tramos sin muerte, libres o acotados, en toda la provincia de Pontevedra. Además, se reguló la pesca de especies invasoras. Todo ello para intentar conseguir una pesca racional de una de las especies reinas del río.

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