Bajo el lema "Salvemos Catasós", la plataforma de afectados por la tala que pretende realizar Gas Natural Fenosa en dicha parroquia para su proyecto eléctrico reunió en torno a medio millar de firmas que defienden la búsqueda de un trazado alternativo al que discurre por la arboleda de Casas Vellas. La campaña de recogida de sinaturas continuará todos los sábados, con motivo de la feria sabatina que se celebra en el entorno de la Praza das Pipas. Además, se repartirán hojas en diversos locales para todos aquellos que quieran respaldar la iniciativa.

La recogida de firmas tuvo como punto culminante una concentración en la Praza da Igrexa, al filo del mediodía. La organización estima una afluencia de en torno a 200 personas, entre las que podía verse también a representantes de todos los partidos políticos en la comarca salvo el PP. Bajo una nube de paraguas también se presentó un grupo de vecinos que, ataviados con una camiseta blanca con una letra dibujada a mano, posaron juntos para componer la leyenda "Salvemos Catasós".

La lectura del manifiesto de la concentración corrió a cargo del cuentacuentos Celso Fernández Sanmartín, Celsiño, tanto por su fama como porque puede presumir de ser uno de los mejores conocedores de las tradiciones del rural lalinense y gallego. El texto es obra del biólogo lalinense Martiño Nercellas, y comienza haciendo un repaso de hasta qué punto está presente el castaño en el día a día de los dezanos, y no solo por proporcionar, antaño, uno de los alimentos básicos del invierno. "Desde el cabezal de la cama y los muebles de la casa, en las lareiras, hasta en la comida en la cuadra de los cerdos, algo de castaño siempre estaba presente", reza el texto. El manifiesto pasa a señalar que en Casas Vellas conviven castaños y otras especies -incluida un pino manso-, de las que algunas llegan ya a los 200 años, árboles centenarios como los de la Fraga de Quiroga, catalogada como Monumento Natural en el año 2000. Y si esta fraga sirvió de paseo e inspiración a la escritora Emilia Pardo Bazán, en la de Casas Vellas su propietario puso en marcha, a principios del siglo XX, un vivero de selección de variedades de castañas de las que aún hoy en día pueden distinguirse hasta diez variedades.

"La memoria de Lalín ya poco sabe de identificar estas variedades en los soutos y pies de castaños de todo el Concello", se queja el manifiesto. Más que nada, porque en las últimas décadas Lalín "consume paisaje y lo transforma sucesivamente hacia lo vulgar del territorio", en aras de obras como la autopista, el Tren de Alta Velocidad o, ahora, la línea eléctrica de Fenosa. Celsiño leyó una reflexión de Nercellas que era, además, el pensamiento de gran parte de los vecinos concentrados en la Praza da Igrexa. "Si el paisaje tuviese precio, si computásemos el valor económico de un medio natural tan bien conservado como estas fragas, [éste] tendría un coste tan alto que enterrar una línea a lo largo, por ejemplo, de la N-525, seguramente sería irrisorio". La plataforma tiene que esperar aún tres semanas a que Fenosa decida si es factible acometer las alternativas al trazado original y con el que se talarán cientos de árboles.