Desde ayer y hasta el jueves, cerca de 80 alumnos acuden al XI Curso de Música da Bandeira, que organiza la Banda Recreativa e Cultural de la localidad trasdezana. Como novedad, este año se imparte jazz, a cargo del compostelano Pablo Castaño. El profesor ofrece mañana una masterclass con Iago Fernández, Paco Charlín y Marcos Pin, y protagonizará un concierto, a partir de las 23.30 horas, en el Bar Arume.

-¿Cuál es la evolución del jazz en Europa? ¿El público en general ha dejado de percibirlo como un estilo minoritario y exótico?

-Lo cierto es que en los últimos 10 ó 15 años ha habido un cambio muy grande, porque ahora ya hay muchos más músicos y centros donde formarse. Así, el Seminario Permanente de Pontevedra funciona desde hace ocho años, y el Conservatorio de A Coruña imparte docencia específica desde hace cuatro. También hay muchos músicos que decidieron estudiar esta disciplina en Estados Unidos.

-Usted es uno de ellos. Terminó la carrera cum laude y trabajó como músico freelance ¿Cómo fue la experiencia?

-Obtuve una beca en la New School University de Nueva York, donde residen los portadores de la tradición jazzística. La verdad es que fue una experiencia muy buena.

-Puesto que muchos músicos europeos se formaron en América, la cuna del jazz, ¿podemos hablar de un jazz europeo?

-Es cierto que el jazz es una música en la que cuenta mucho la individualidad, en el que cada uno pone sus vivencias y su grano de arena. Por eso sí se habla de un jazz europeo, pero yo considero que no existe esta corriente como tal.

-¿A qué dificultades se enfrenta el alumno de la música convencional cuando quiere aprender jazz?

-Lo bueno de este curso es que tengo inscritos con muy buen nivel en banda, por lo que ya no tengo que hablar de técnicas. Pero nunca se trabajó en improvisación, y sé por experiencia que a los chavales al principio les da vergüenza improvisar, porque aprender a tocar jazz es como aprender a hablar una lengua extranjera. En lo que más tengo que insistir es en la cuestión rítmica, porque este estilo tiene un componente muy grande de música africana.

-¿Qué atractivos tiene para los músicos jóvenes?

-Es una música divertida y natural, que le permite a la gente joven romper la rutina.

-Además de profesor, también saca tiempo para sus conciertos en grupo.

-Así es. Tengo un trío con el que interpretamos temas estándar de jazz, mientras que con el septeto tocamos las piezas originales que compongo yo para trompeta y trombón. Los conciertos más inmediatos serán este miércoles, con Iago Fernández en la batería, Paco Charlín en el contrabajo y Marcos Pin como guitarrista.