El Centro Nacional de Física de Partículas, Astropartículas y Nuclear (CPAN) organizó ayer una charla sobre el impacto social y tecnológico de la investigación física nuclear para los alumnos del IES Ramón Aller Ulloa de Lalín. El científico Manuel Caamaño Fresco fue el encargado de ofrecer la conferencia a un nutrido número de alumnos en el salón de actos del centro académico lalinense.

-¿Qué ha querido transmitir a los estudiantes de Lalín que acudieron a su conferencia?

-Un poco que vean para qué sirve la ciencia en general, que vean que la ciencia es muy útil para la sociedad. Y que lo que hacemos nosotros se pueden aplicar a la vida actual, como es el caso del scanner, internet o el GPS, por poner tres ejemplos.

-¿Hasta qué punto es útil la ciencia y sus conclusiones en nuestra vida cotidiana?

-Nosotros hacemos ciencia básicamente por curiosidad y, de paso, que se nos ocurren este tipo de cosas que todo el mundo tiene ya asumidas como algo habitual en sus vidas. Por ejemplo, internet surgió por la necesidad que tuvieron sus inventores de comunicar los ordenadores entre sí para sus experimentos. A los estudiantes del Aller Ulloa de Lalín les quise explicar que todo eso es así y que los científicos nos somos esos chalados que suelen aparecer en los estereotipos más habituales que circulan por ahí sobre nosotros y, también, sobre nuestro trabajo.

-¿Existe una falta de comunicación entre la sociedad y la comunidad científica a la hora de dar a conocer su labor ?

-Sobre eso hay dos problemas. El primero somos nosotros mismos porque se nos olvida decirle a la gente que la ciencia sirve para algo. Y, luego, está el problema de la gente que pone el dinero, me refiero a las administraciones, porque el problema de la ciencia es que si tú pones dinero, la ciencia te lo va a devolver y con creces. Los que invierten en ciencia deben saber que nosotros no sabemos qué producto va a salir ni cómo y por culpa de esa inseguridad falla la comunicación.

-Sin embargo, los medios de comunicación han colaborado mucho en la divulgación científica, ¿no?

-Cada vez la ciencia es más visible. Eso es cierto. El día que estuve más contento fue cuando mi padre me preguntó qué era eso del bosón de Higgs. Es cierto que, en general, a los científicos nos cuesta comunicarnos con el resto de la sociedad y por eso el tipo de actividades que organiza el CPAN están muy bien. Sirven para que, como en este caso, la juventud sepa quiénes somos y lo que hacemos.

-¿Dónde la radica la importancia de la actividad del CPAN desde su punto de vista?

-Desde mi punto de vista, es crucial. Además, todas estas actividades están coordinadas por un periodista profesional, que es el nos dice cómo debemos realizar estas charlas en los centros académicos a los que vamos.

-¿Qué le parecen los recortes que se están aplicando a la ciencia en nuestro país?

-Los científicos nos sentimos maltratados por el Gobierno porque pienso que nos están ninguneados. Y si nos lo hacen a nosotros, también se lo están haciendo al resto de la sociedad. Por ejemplo, España tiene que pagar por estar en el CERN, el laboratorio europeo de física de partículas elementales, y todo lo que sucede allí revierte en unas patentes que ahora se las están llevando otros países y España, a pesar de cotizar, no está recibiendo nada de eso. Personalmente, lo que no entiendo es para qué sirven los recortes porque realmente el dinero que se invierte en ciencia es muy poco. Ahorra en algo que te suponga mucho dinero, digo yo. Creo que lo hacen porque saben que la gente no reacciona ante esta situación y porque en un caso como este nadie protesta como en otros similares.