Una de las funciones de Patrimonio Galego es denunciar el peligro que corren algunos de los bienes que allí se recogen. En algunos casos, se trata de enclaves de belleza paisajística que se pueden ver amenazados, principalmente por proyectos de construcción de nuevas carreteras. En el caso de los castros se llama la atención sobre el estado de abandono en el que se encuentran y sin ninguna señalización.