Sobre alfombra roja y vestidos de etiqueta, como si de la gala de los Goya o de los Óscar se tratase. Silleda celebró ayer el primer festival de cortos del Espazo Lúdico Educativo en la localidad trasdezana. La cita, en la Casa da Cultura, se convirtió en todo un evento de reconocimiento al trabajo realizado, durante el último trimestre, por 36 alumnos del citado servicio de canguraje.

Los niños, de entre tres y doce años, se convirtieron en directores de cine y actores para rodar las distintas secuencias. Fueron arte y parte y ayer quedó patente su creatividad. Tras posar en el photocall y desfilar por la alfombra roja, niños, padres y familiares, asistieron a la proyección de los cortos. En total, se mostraron seis, dos de ellos guionizados por los propios alumnos. En otro, basado en el popular cuento de Pinocho, utilizaron figuras de plastilina para crear una historia con la verdad como trasfondo. Y es que de eso se trataba, de trabajar los valores fundamentales con los menores. "Cada semana de este trimestre trabajamos un valor: La honestidad, la cooperación, la igualdad, etc", sensaciones que quisieron comunicar a través de la gran pantalla, explica Silvia Peña, directora de actividades del Espazo Lúdico Educativo, del que se encarga la empresa Vida Láctea.

El miedo, uno de los sentimientos más comunes en los niños, también quedó patente en sus creaciones. Las piezas Onde viven dos monstruos -que abrió ayer el festival-, y el musical Triller, unha historia na que os monstruos non existen, inspirada en la canción de Mikel Jackson, enseñan a superarlo. Las proyecciones concluyeron con una sorpresa para los padres, que tuvieron ocasión de recordar los payasos de la tele de su infancia, a través de imágenes.

Durante la gala, a la que asistió la alcaldesa, Paula Fernández Pena, se entregaron también los premios Silledos 2013 -término acuñado por los propios alumnos-. Aunque estaba anunciado que se reconocerían los mejores cortos, finalmente no hubo distinción, y todos los niños recibieron un galardón, pero personalizado: Un Silledo para el más simpático, otro para el más activo... y así, hasta reconocer el esfuerzo de todos y cada uno de los que participaron en un proyecto que encantó a estudiantes y monitores.