Acostumbrados a estar detrás de la barra o con papel y lápiz a punto para anotar pedidos, ayer los hosteleros de Lalín invirtieron los papeles. Al menos los que participaron en los actos organizados con motivo de la fiesta de su patrona, Santa Marta, en la Carballeira do Montserrat. La celebración arrancó a media mañana y continuó hasta la madrugada en el entorno natural de la parroquia de Donramiro.

Las bombas de palenque avisaron a los lalinenses de la fiesta desde las diez de la mañana. Poco después comenzó a sonar la música de la banda de gaitas Os Trasnos de Doade o la charanga Polbo Bravo, a quienes se unieron múltiples intérpretes a título particular durante toda la jornada. Hacia el mediodía la robleda comenzó a llenarse de romeros, muchos de los cuales acudieron a la misa solemne en la capilla del Montserrat, a donde se trasladó la imagen de Santa Marta tras su adquisición hace unos años y después de pasar unos días en la iglesia parroquial de Lalín. La patrona de los hosteleros presidió la procesión, que puso fin a una liturgia cantada por la Coral Polifónica de Botos.

A continuación tuvo lugar el homenaje póstumo a la pareja de hosteleros formada por Sara Carballude y Celso González, quienes durante tres décadas dirigieron en la Avenida de Bos Aires el Café Bar Galicia. Sus cinco hijos encabezaron una multitudinaria delegación familiar y recibieron de la organización un ramo de flores para depositar en la tumba de sus padres, un programa de la fiesta en pergamino y una Santa Marta de cristal.

Luego vino la comida, para la que se vendieron 320 tarjetas, sin contar las invitaciones, de modo que fue necesario suplementar mesas. La fiesta se prolongó durante toda la tarde y por la noche con la actuación del dúo Nueva Era y la orquesta Galilea.