La fe en la Virgen de Fátima iluminó en la noche del domingo Curantes, convirtiéndola en el faro capaz de atraer a numerosos fieles de esta y de otras parroquias próximas como las estradenses de Olives, Lamas, Rubín, Pardemarín, Agar y Callobre, la propia villa de A Estrada e incluso la parroquia forcaricense de Meavía.

Todos miraban con devoción a la imagen de Nuestra Señora de Fátima, que llegó a la parroquia hace unos 55 años de la mano del sacerdote Porto Cabada. Este fue, según fuentes vecinales, el primer impulsor de la fe en la Virgen de Fátima en Curantes. Y la celebración que arrancó entonces de modo modesto con una simple misa fue tomando auge de la mano del párroco Enrique Redondo Mella que, según las mismas fuentes, habría instaurado posteriormente la procesión. Luego, emulando los recorridos que se realizan en Fátima, surgiría la nocturna Procesión das Antorchas, que durante muchos años organizó el vecino Casimiro Agra. Este acaba de ceder el testigo al alcalde de barrio, Antonio Romero, y al carpintero José Bede, que cuentan con apoyo de otros vecinos.

Decidieron darle continuidad a una procesión que se ha consolidado aun más en los últimos años. Tras la llegada de 3 sacerdotes jóvenes a la zona para hacerse cargo de numerosas parroquias estradense, la Procesión das Antorchas fue ganando importancia y recorrido, con apoyo vecinal y del párroco Oswaldo Mouriño. Pero este dejó sus 7 parroquias a principios de abril. Dado que solo dos sacerdotes –Eduardo Puga y Jesús Mera– se hacen cargo ahora de 23 parroquias, con la notable dificultad que ello entraña, los organizadores optaron por asegurar la celebración de la Procesión das Antorchas y redujeron su itinerario al atrio de la iglesia frente al kilómetro de longitud del recorrido de años precedentes. "Si Dios quiere", con "ayuda de la Virgen", los organizadores esperan poder recobrar el itinerario extenso el año próximo. El coro parroquial dirigido por Gonzalo González solemnizó una misa que se encargó de oficiar Eduardo Puga.Este pidió la intercesión de la Virgen de Fátima para solventar "todos los problemas del mundo" y, en especial, el paro y el impacto de la crisis en las familias.