El Concello de A Estrada puso en marcha en los últimos meses diversas medidas para tratar de apretarse el cinturón y reducir gastos ante la difícil situación económica. Meter tijera en el recibo de la luz fue uno de los objetivos marcados en esta política de contención del gasto. El edil de Economía, Alberto Blanco, confirmó en la mañana de ayer que la acción de anular puntos de luz en el rural del municipio propició ya el "apagón" de alrededor de 600 luces en distintos lugares del vasto término municipal estradense. El también responsable de Facenda precisó que el objetivo es que este tipo de medidas contribuyan a recortar la factura en al menos un 10%.

Blanco no pudo precisar en la jornada de ayer cuántos puntos de luz se suprimirán en el marco de esta iniciativa. En todo caso, explicó que se facilitó a los alcaldes de barrio un mapa por cada una de las 51 parroquias para que fijen los puntos de luz existentes. Los pedáneos facilitarán al Concello un informe y realizarán una propuesta sobre aquellas luces que podrían resultar prescindibles. En todo caso, Alberto Blanco quiso hacer especial hincapié en que la decisión final será valorada y adoptada por el equipo de gobierno.

En cuanto a los criterios que se están siguiendo para definir qué farolas o puntos de luz podrían resultar necesarios o suprimibles, el titular de Economía explicó que se está pretendiendo dejar luces delante de cada vivienda; frente a las iglesias, para disuadir posibles irrupciones; delante de las paradas para el servicio de transporte escolar o en los cruces, por ejemplo. Incidió Blanco en que el Concello busca preservar que el servicio mínimo esté garantizado, si bien en las pistas que unen distintos lugares esta iluminación se recortará o suprimirá para reducir el consumo y arrojar un importante ahorro para las arcas locales.

También en el casco

Sin embargo, la reducción de puntos de luz no es una cuestión que afecte de manera exclusiva al ámbito rural de A Estrada. Cuando el gobierno anunció su intención de realizar estos recortes también quiso acompañar la medida de cortes en el suministro eléctrico de la villa desde la una de la madrugada. Dependiendo de las calles y de que estas tengan una o dos aceras iluminadas, se opta por apagar farolas alternas o bien todas las de una acera –caso de la calle Calvo Sotelo o la avenida Benito Vigo, por ejemplo–. Además, tal y como se explicó en su momento, a las calles del casco urbano a las que se les corta el suministro por una acera desde la una de la madrugada, en el margen opuesto el flujo luminoso también se ve reducido, aproximadamente en un 40%.