La inauguración de la XXXII Semana Verde de Galicia recordó ayer en Silleda a los años en los que el PP gobernaba con las mayorías absolutas más contundentes y se convirtió en una demostración de fuerza de este partido ante la nueva etapa que afronta la ya veterana institución trasdezana. La primera feria sin José Maril como presidente se tradujo en un apoyo contundente a esta institución, con numerosos representantes del gobierno gallego y un desembarco masivo de concejales y otros cargos públicos populares. El presidente del ejecutivo autonómico, Alberto Núñez Feijóo, –que comenzó su intervención en castellano–, indicó que su presencia en el acto inaugural ratifica "o voto de confianza do Goberno galego coa Semana Verde" y destacó al recinto como el escaparate idóneo para el medio rural, "que é sinónimo de Galicia", dijo. Aludió a la etapa de estabilidad, necesaria para la entidad, e incidió en la necesidad de que la feria "busque un equilibrio durante todo o ano con distintos monográficos que demanda o sector". Pero advirtió de que la institución "aínda se atopa nunha difícil situación económica".

Previamente y ante un auditorio abarrotado, el conselleiro de Presidencia y máximo responsable de la fundación ferial, Alfonso Rueda, se refirió a la "nova etapa exitosa que se abre e que ten o futuro garantido", aunque, como Feijóo apostó por una contención en el gasto y una mayor profesionalización de la entidad. El vicepresidente de la Diputación y alcalde de Lalín, Xosé Crespo, recordó el nacimiento de la feria y alabó el trabajo de Maril "e do resto do grupo de emprendedores que sacaron adiante este proxecto", indicó, y reclamó a Feijóo que priorizase sobre Silleda el apoyo a los distintos recintos feriales gallegos. "Que se racionalicen as feiras e que non se apoien novos eventos feirais, ademais dos que xa existen", dijo al presidente. Los cargos populares tampoco obviaron la aportación de 850.000 euros de la Xunta y los cerca de 400.000 que destinó la Diputación provincial a la institución silledense.

La alcaldesa, Paula Fernández Pena, ejerció de anfitriona y abrió los discursos con una intervención en la que destacó la importancia del recinto para "Silleda e a comarca do Deza", y tuvo palabras de agradecimiento hacia Crespo "polo seu apoio a estas instalacións", dijo. También se acordó de los trabajadores, a los que felicitó por su labor y recordó que "eles só querían traballar". Pero no obvió los 1,1 millones de euros que la Xunta debía aportar al concello en concepto de tributos municipales pendientes e indicó a los representantes del gobierno que "as vontades sempre deben estar por riba de cuestións políticas. Silleda precisa esas axudas", destacó la mandataria, que participó por tercer año en la inauguración de la Semana Verde.

Expectación

Diez minutos después de las 17.00 horas llegó al recinto ferial Feijóo, donde lo aguardaba Rueda y Pena, además de la gerente de la feria, Paloma Hidalgo. Antes, numerosos representes del gobierno gallego departían con alcaldes y ediles populares de las comarcas, mientras Maril llegaba acompañado del ex conselleiro Juan Fernández y una docena de representantes del SLG reclamaba precios dignos para la leche. Además de decena de diputados autonómicos, alcaldes de las comarcas y numerosos ediles, se desplazó a Silleda la diputada en el congreso Ana Pastor; la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo o el conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez. También, una nutrida representación de empresarios de la comarca siguió a la comitiva que, se detuvo para el protocolario corte de cinta, antes de visitar los pabellones feriales. Paloma Hidalgo acompañó al grupo, explicándole los contenidos de cada uno de los stands, Pena y Crespo departían sobre el futuro de la feria y Feijóo no dejaba sin saludar a casi ninguno de los visitantes; entre los que se encontraba el ex presidente autonómico Gerardo Fernández Albor.