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Los plazos legales del Concello ralentizan la reforma completa de la plaza de Vilagarcía

El dinero para urbanizar el paso entre el edificio principal y el de la verdura se aprobó en octubre y la obra aún no se ha adjudicado

El nuevo acceso al mercado municipal de Vilagarcía tiene escaleras y rampa. // Noé Parga

Los operarios que actualmente trabajan en el entorno de la plaza de abastos de Vilagarcía están humanizando el último tramo de García Caamaño. El Concello explica que los comerciantes no ven obreros en el espacio donde se derribó el anexo entre el edificio principal y el de la verdura porque la actuación todavía no ha comenzado. Y es que la demolición de esa estructura y la construcción del nuevo acceso al mercado (con escaleras y rampa) es una obra ya terminada e independiente de la urbanización de ese paso intermedio que ha quedado liberado con el derribo.

Son estos trabajos los que están pendientes de ejecución, entre los que se incluyen la construcción de tres puestos exteriores en la fachada de la plaza de la verdura para realojar los negocios cuyas tiendas fueron demolidas. El Ayuntamiento explica que la actuación no se ha iniciado porque "hay que seguir los procedimientos administrativos y los plazos que marca la ley". Y es que para sufragar la urbanización de la zona que ha quedado al aire libre entre la plaza de abastos y la de la verdura, en el pleno del pasado mes de octubre se aprobó un expediente de modificación de crédito extraordinario y cambio de finalidad, explican fuentes municipales.

Una vez aprobado ese trámite por parte de la corporación, el expediente tiene que exponerse al público durante un plazo determinado.

En el mes de diciembre arrancaron los trámites para sacar la obra a licitación, lo que conlleva la apertura de un plazo de presentación de ofertas y el posterior análisis de las mismas por parte de los técnicos del Ayuntamiento, que además deben elaborar los correspondientes informes. Actualmente la obra está "a punto de adjudicarse", aseguran desde Ravella. Añaden que como se trata de una obra "pequeña", se acabará pronto.

Tanto los placeros como las agricultoras que acuden cada martes y sábado a vender sus productos hortícolas a la denominada "plaza de la verdura" estaban preocupados por "la lentitud" de las obras, pensando que el derribo del edificio que unía ambos inmuebles y el acondicionamiento de esa superficie que dejó libre eran la misma obra.

Además de colocar nuevo pavimento en el pasillo al aire libre que queda entre el mercado y la nave de la verdura, la empresa que resulte adjudicataria de los trabajos deberá construir tres locales en la fachada del edificio de la verdura para albergar los tres comercios que ahora están reubicados provisionalmente en el inmueble central.

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