Juan Ventura Martínez Reboeiras, el cura párroco de San Vicente de O Grove, ha vuelto a dar la campanada. In extremis, y con ayuda de "cuatro amigos", ha conseguido salvar la fiesta en honor al patrón y confeccionar un programa "para salir del paso", quizás sin grandes alardes pero que ya tiene cartel y todo.

Algunos pueden bromear diciendo que la influencia divina está detrás de esta rápida y eficaz gestión. Puede que así sea, aunque también puede tener mucho que ver la disposición de diversas empresas, grupos musicales y el Concello de O Grove, por medio de la concejala Noemí Outeda.

A la espera de conseguir más ayudas para sufragar todos los gastos, el siempre activo e innovador sacerdote presume con orgullo del cartel elaborado por el Concello y la parroquia de San Vicente de Os Groves, el cual, como se avanzaba ayer en FARO, incluye actividades el domingo que viene para que también puedan disfrutarlas los niños.

Caramelos y chocolate

De este modo se oficiará una misa con "Festa dos Nenos" y catequesis especial a partir de las 11.30 horas, seguida de una procesión y una "gran tirada de caramelos".

Por la tarde la Casa da Cultura Ángel Vázquez Hereder será escenario de talleres de globoflexia, maquillaje y chapas, además de albergar diversos juegos populares y convertirse en improvisado comedor para el reparto gratuito de merienda, a base de chocolate.

La jornada se completará con un concierto-baile amenizada por los grupos locales Os Firrás y A Banda do Sequío, en el transcurso del cual volverá a repartirse chocolate y, pensando en el frío y en los adultos, unos vasos de queimada.

La fiesta propiamente dicha, la del patrón San Vicente, tendrá lugar el lunes 22, como manda el calendario. Con los niños ya en el cole las bombas anunciarán la celebración y darán paso a una misa de once y a otra, solemne y cantada, a las 12.30 horas.

Les seguirá la habitual procesión, acompañada de un grupo de gaitas, con la que calentar motores antes de que los presentes -y aquellos otros que prefieran incorporarse en ese momento- se desplacen a la Casa da Cultura para degustar el pincho y el vino que ofrece el propio cura, quien de este modo insiste en "tener otra disculpa para estar todos juntos, charlar y pasarlo bien".