- ¿Cómo fue su formación como peluquero?
-Los estudios los realicé en la Academia Tropical de Caracas. Después de un tiempo sin trabajar en el oficio decidí volver a él y coincidió prácticamente con mi viaje a Alemania. Previamente estudié en la Academia Vidal Sassoon en Londres. Allí mi potencial y conocimientos maduraron mucho para luego trabajar en mi propio salón. A base de trabajo llegué a tener tres certificaciones de calidad Paul Mitchell que otorga la firma Loreal. Eso me ha ayudado mucho en mi carrera y a ganarme un prestigio como profesional que me ha ayudado.
- ¿Son los alemanes muy cuidadosos con su estética capilar?
-El alemán es muy normal con su cabello y muy poco preocupado por su estética. Hay cortes de pelo aquí que te recuerdan a los vikingos o a las chicas de otros tiempos sin saberlo ni quererlo, pero poco a poco van entrando en el mercado común de la belleza.
-¿Se vive bien en el que dicen es el país más poderoso de Europa?
-Si trabajas duro vives bien en cualquier país de Europa y diría que del mundo. Aquí, en Alemania, se trabaja duro e incluso hasta doce horas diarias. De regalo ni los buenos días. Y si son poderosos es porque saben como hacer para ganar mucho sin hacer nada más. Eso es lo que deberíamos aprender en España. Son geniales para muchas cosas, pero se dedican solo a una y no les pidas hacer algo más. Lo que hacen lo hacen al cien por cien, pero tampoco saben improvisar o buscar nuevos caminos. En ello somos los extranjeros los que vamos ayudando a cambiar este país poco a poco.
-¿Planea volver a Galicia o su futuro no lo ve en otro lugar que no sea Alemania?
-A Galicia se la lleva uno dentro para siempre. El sentimiento que tenemos por nuestra tierra es muy grande. Pero tengo claro que mi vida ya está en Alemania, pero nunca dejaré de ir de visita mientras pueda. Mi hija pronto me dará nietos y yo tengo una casa en Alemania que es preciosa. Aún después de 30 anos aquí Galicia también está conmigo.
