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La cultura marítima tradicional mantiene sus reivindicaciones dos décadas después

Una exposición deja patente en O Grove que las demandas para la preservación de la construcción naval en madera siguen vigentes

La carpa-auditorio de O Corgo acogerá desde esta tarde una exposición que conmemora el vigésimo aniversario del tercer Encontro de Embarcacións Tradicionais de Galicia, organizado en O Grove a instancias de la Asociación de Amigos da Dorna Meca.

Esta muestra, que incorpora maquetas, barcos, fotos, publicaciones y todo tipo de elementos para "navegar en la memoria" e invitar a la reflexión, sirve para demostrar que la defensa de la cultura marítima tradicional ha sido un no parar desde entonces.

Pero también contribuye a dejar claro que aún queda mucho por hacer, ya que buena parte de las reivindicaciones que se planteaban hace dos décadas siguen de plena actualidad.

Prueba de ello es que la semana pasada se celebraba en Rianxo un congreso en el que se reivindicaba, como se había hecho en numerosas ocasiones anteriores, mayor protección para la carpintería de ribera y la construcción naval en madera. Y resulta que los argumentos que se manejaban para avalar esa reclamación son prácticamente los mismos que ya se exponían en julio de 1997 con motivo del encuentro desplegado en O Grove.

Baste citar algunos de los artículos de la revista de Cultura Marítima lanzada en aquel encuentro de embarcaciones tradicionales impulsado por Amigos da Dorna Meca en colaboración con la Federación pola Cultura Marítima e Fluvial.

En dicha publicación escribía Gerardo Triñanes, hasta hace poco presidente de la Asociación Galega de Carpintería de Ribeira (Agalcari), para incidir en que la construcción en madera "contribuyó históricamente al desarrollo industrial y cultural de Galicia, siendo en la actualidad un elemento dinamizador para el aprovechamiento de recursos económicos y la generación de riqueza".

Al tiempo que reivindicaba "una cultura integradora de nuestras tradiciones", que es algo que se promulga también desde Amigos da Dorna Meca, Triñanes aludía a las ventajas de la construcción naval en madera y lamentaba que aún quedaran personas que la consideraran "una actividad a extinguir".

Muy por el contrario, en aquel encuentro de embarcaciones tradicionales celebrado hace dos décadas se incidió en la "importancia secular de la carpintería de ribera" para dejar claro que requiere de la puesta en marcha de "una serie de medidas protectoras (...) que ayuden a modernizar y recuperar esta antigua y hermosa actividad".

Como puede verse, son argumentos a los que se alude también en la actualidad, tratando de acabar con "los obstáculos que atraviesa la carpintería de ribera, respetando la libre elección de cada armador y defendiendo que cada embarcación sea diseñada y construida con los materiales más apropiados para cada caso", como indicaba Gerardo Triñanes en 1997.

Aquella revista de Cultura Marítima, coordinada por el Grupo Etnográfico Mascato y presentada en el "III Encontro de Embarcacións Tradicionais", también aludió a los últimos cangrejeros de Cambados, las rutas de pasaje por el interior de la ría y el patrimonio marítimo que constituyen las embarcaciones tradicionales.

Es decir, todo ello aspectos sobre los que se reflexiona hasta el domingo con la exposición que puede verse desde hoy en la carpa institucional de O Corgo.

Una muestra que "contribuye a la promoción y divulgación del patrimonio marinero", apostilla la concejala de Cultura, Emma Torres, colaboradora de Amigos da Dorna Meca en la organización de esta actividad.

De este modo, explican en la propia asociación, presidida por José Manuel Triñanes Barral, se recuerda el trabajo realizado por los integrantes de esta entidad a lo largo de la historia, pero también el de todos aquellos que directa o indirectamente contribuyeron a organizar aquel encuentro de embarcaciones celebrado hace veinte años "para divulgar el patrimonio marinero".

Pero esta muestra no solo sirve para recordar lo sucedido hace veinte años, volver a exponer las principales reivindicaciones de los astilleros de ribera y defender la cultura marítima tradicional. Contribuye, del mismo modo, a mostrar ese gran museo flotante del que puede presumir O Grove, integrado por dornas, racús y todo tipo de naves que tratan de subsistir a pesar de la presión ejercida por el poliéster y otros materiales.

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