La escasez de pulpo hacía vaticinar un año de abundancia de centollo en la ría arousana como se ha comprobado en la semana de arranque de esta excepcional campaña, la mejor con mucho del último quinquenio.
Y este aumento de capturas ya ha influido en los mercados y consecuentemente en los restaurantes que se permiten elaborar diferentes platos para que el cliente tenga oportunidad de degustar sus distintos sabores.
El propietario de las mariquerías Solaina, José Luis Padín apuesta sobre todo por la preparación tradicional que es el centollo cocido, su especialidad desde que abrió su primer restaurante en 1993.
Pero también reconoce que hay clientes que quieren probar el marisco en otras preparaciones como en ensalada, empanada, emparedados o cócteles templados, entre otros.
Del mismo parecer es Pablo Agrelo quien muestra su preferencia por el centollo macho, a su juicio, "mucho más exquisito" aunque menos vistoso que la hembra por los corales que adornan su caparazón.
El dueño de Don Mexilón también reconoce que el cliente prefiere la centolla "sin disfraces", es decir cocida, pero que hay preparaciones como la empanada o la lasaña que tienen un enorme éxito entre los comensales que acuden a su establecimiento, en plena línea litoral.
Benavides se suma al criterio de sus compañeros pero admite que existen recetas muy demandadas, en especial la empanada, las croquetas o la ensalada tibia. Pero su plato estrella es el "arroz de centolla desmenuzado" que tiene numerosos adeptos por el sabor y la facilidad para comerlo "sin mancharse las manos".
De todos modos, éste no es el año en el que se prodiguen las recetas de centollo pues los restaurantes apuestan más por lo clásico para que los visitantes marchen con ese buen sabor de boca que ha caracterizado siempre esta cita con el marisco más valorado en la localidad grovense.
Y sobre todo en un año en el que los clientes no tendrán que dejarse la cartera a la hora de consumir este exquisito plato.
