Hasta hace solo unos meses parecía impensable y solo mentar esta posibilidad generaba tensión en el sector. Pero la preocupante situación que atraviesan las zonas de libre marisqueo se antoja ya tan insostenible que las cofradías arousanas empiezan a plantearse muy seriamente la posibilidad de hacerse cargo directamente de la gestión de esas zona comunes.

Es un viejo planteamiento de la Consellería do Mar, dispuesta a apoyar el proceso de "independencia" de esos bancos marisqueros dejándolos bajo custodia de los pósitos arousanos para que sean estos los que mediante un plan de explotación específico se encarguen de su gestión. Es decir, para que asuman la vigilancia, realicen siembras, para que limpien esos bancos y, en definitiva, para que cuiden esas zonas como si fueran suyas.

O dicho de otro modo, desde la Administración se les brinda la posibilidad de disponer de autonomía para que traten las zonas de libre marisqueo como actúan actualmente en sus autorizaciones.

Buena parte del sector, cabe insistir, no quería ni oír hablar de esta posibilidad. Pero visto lo visto, y dado que desde 2012 la producción en las zonas comunes se reduce cada año -o al menos es más laborioso conseguir los cupos diarios-, ahora son cada vez más los partidarios de asumir la gestión directa de esos bancos para tratar de recuperarlos o revalorizarlos.

De ello se habló ayer en una reunión convocada al efecto en Santiago, en la que participaron la directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Susana Rodríguez, y representantes de las diferentes cofradías arousanas.

Quedó claro en ese encuentro que como son doce los pósitos implicados no va a resultar sencillo ponerlos a todos de acuerdo, pero también se vio que al menos ahora se prestan a estudiar detenidamente ese ofrecimiento de la administración en el que tanto insistió últimamente la conselleira Rosa Quintana.

El lunes, en Rianxo

El siguiente paso es que los pósitos convoquen asambleas con urgencia en cada puerto, para así consultar a sus socios y volver a reunirse los patrones mayores y/o los representantes del marisqueo en cada junta general para seguir hablando de este cambio del modelo de gestión.

El próximo encuentro tendrá lugar el lunes en Rianxo, y a partir de ese momento se buscará una postura consensuada que será trasladada a la Consellería do Mar, tratando de tomar una decisión antes del día 31 para así diseñar el nuevo plan específico y empezar a aplicarlo el año que viene.

Básicamente, para que se entienda mejor la situación puede decirse que "lo que es de todos, no es de nadie", de ahí que se trate de lograr que las cofradías gestionen las zonas comunes de la ría como suyas, mimándolas para garantizar la producción una campaña tras otra, en lugar de limitarse a explotarlas durante unos meses determinados al año, cuando arranca el libre marisqueo.

¿Cómo repartir las zonas?

La cuestión ahora, en caso de que se acepte la propuesta de "recepcionar" esas zonas comunes, es realizar un reparto lo más justo posible de las mismas.

Sobre la mesa se ponen tres opciones. La primera, y a priori la más viable, pasa por hacer un reparto en base a criterios de proximidad. Es decir, que las cofradías de O Grove, Cambados, Vilanova y A Illa podrían encargarse del banco de libre marisqueo de O Bohído, mientras que Carril y Rianxo se ocuparían de Os Lombos do Ulla.

Esto supone que Cabío y demás zonas comunes situadas en la orilla norte de la ría quedarían en manos las cofradías de A Pobra, Ribeira, Cabo de Cruz, Palmeira y demás pósitos barbanzanos.

La segunda opción sería dejar la gestión de los bancos del norte a los pósitos barbanzanos, y los del sur a los de O Salnés; mientras que la tercera vía, que es la menos viable y más farragosa, consiste en repartir los bancos de libre marisqueo proporcionalmente, en función del número de barcos autorizados en cada cofradía.

"Es cierto que hasta hace muy poco no habríamos aceptado nada de esto, pero las cosas cambiaron mucho y cada vez somos más los que nos inclinamos por hacernos cargo de los bancos de libre marisqueo", explicaba ayer un representante de los pósitos arousanos participante en la reunión.