Los conductores deben armarse de paciencia para circular por las carreteras arousanas en verano, especialmente en agosto, el mes turístico por excelencia. Las playas y las fiestas multitudinarias como las de San Roque en Vilagarcía, el Albariño en Cambados o la Vikinga en Catoira contribuyen a que el tráfico se dispare. Así, según el último balance publicado por la Xunta -relativo a 2016-, los viales de titularidad autonómica en la comarca soportan en agosto unos 45.000 vehículos más al día que el resto del año, lo que se traduce en un incremento superior al 30% (de 135.000 turismos a 180.000 aproximadamente).

Una buena parte de este aumento se debe al tráfico de la Autovía do Salnés (AG-41), con una intensidad media diaria (IMD) de 15.000 automóviles (en función del tramo varía entre 14.481 y 17.590) que se duplica en agosto hasta los 30.000 (concretamente 31.227 en el trayecto comprendido entre Meis y Ribadumia, 29.843 entre Ribadumia y Meaño y 30.538 entre Meaño y Sanxenxo).

La otra vía de alta capacidad que la Xunta gestiona en Arousa es la Vía Rápida entre Vilagarcía y Cambados (VG-4.3), con un tráfico medio de 14.329 coches diarios entre Vilagarcía y A Illa (a la altura de Cambados la densidad desciende a 12.923). Dejando a un lado los datos correspondientes a la época estival, en temporada baja hay meses como enero, febrero o diciembre en los que circulan más vehículos por la vía rápida que por la autovía.

Más atascos los viernes

En relación al día de la semana con más tráfico en los viales arousanos, el plan de aforos de la Xunta sitúa el viernes como la jornada más concurrida en la inmensa mayoría de carreteras.

Desglosando los datos por calzadas, la PO-531, es decir, la que une Vilagarcía y Pontevedra, es por la que transitan un mayor número de automóviles atendiendo a la media anual, pues en este caso el tráfico apenas se incrementa en verano. Así, esta carretera acoge cada día a 18.405 coches, casi un millar más que la media de 2015.

Pese a esta realidad, el Gobierno gallego mantiene en un cajón la construcción de la ansiada autovía entre Vilagarcía y la capital de la provincia. Esta misma semana el delegado de la Xunta, José Manuel Cores Tourís, reconocía que no había novedades al respecto.

Con respecto al resto de carreteras convencionales de la comarca responsabilidad de la administración autonómica, las de A Illa y O Grove son las más afectadas por la temporada alta. Y es que las playas de sendos municipios atraen a miles de bañistas cada verano.

La PO-316 que une A Lanzada y O Grove incrementa su densidad de 11.973 automóviles diarios a 19.137 en agosto. El puente de A Illa (PO-307), con un tráfico medio de 8.608 coches al día, soporta en el mes estival 12.597.

También la PO-549 entre la rotonda de O Rial (Vilagarcía) y Caleiro (Vilanova) experimenta un notable repunte del tráfico en agosto, al pasar de 9.917 a 12.486 turismos; al igual que ocurre en el acceso norte a la capital arousana (por Carril, por la PO-548), con un tráfico medio en el tramo más urbano -entre Carril y la rotonda de O Ramal- de 9.670 vehículos que en verano ascienden a 11.231.