El comienzo del verano está resultando más complicado de lo esperado para las mariscadoras de A Illa, que han decidido reforzar sus vigilancias para evitar que el "furtivismo de bañador" acabe por esquilmar gran parte de sus bancos marisqueros. Si el pasado fin de semana fue un infierno, con problemas constantes en varias playas del municipio, durante la semana la cifra de incautaciones a turistas ha sido menor en número, pero espectacular en cifras. De hecho, el pasado lunes, las mariscadoras llegaron a sorprender a uno de estos turistas de bañador con trece kilogramos de almeja, "una auténtica barbaridad", explica la presidenta de la Organización de Productores (OPP-20), Maricarmen Dios.

Incluso en la noche del pasado jueves, un grupo de mariscadoras tuvo una fuerte discusión con varios autocaravanistas que están estacionados en O Bao, al detectar que estaban retirando marisco de una playa próxima pese a que existen carteles informando de que está prohibido hacerlo.

"Es un auténtico sinvivir para nosotras, y mucho nos tememos que este fin de semana la presión de determinados bañistas continúe y nos veamos obligadas a intervenir en las playas y denunciarlos", señala la presidenta de la OPP-20. La responsable de la entidad isleña quiere dejar muy claro que "no todos los bañistas tienen esa actitud, afortunadamente, ya que hay muchos que, conscientes de la gravedad que supone para nosotras que se esquilmen los bancos marisqueros, suelen avisarnos de lo que ocurre, colaboración que no dudamos en agradecer".

Los principales problemas se han registrado, hasta el momento, en playas como la Parede de O Bao, Xastelas, Camaxe, Espiñeiro, Gradín y O Furado, la mayor parte playas que dan al continente y donde se concentran gran parte de los bancos marisqueros que gestiona el pósito isleño. "La apertura del vial de O Xufre ha servido para dar a conocer algunas playas a las que antes era complicado llegar, por eso este problema, con el que llevamos muchos años lidiando, se ha extendido a muchos más arenales en los últimos años", explica la responsable de la OPP-20.

Dios recuerda que el furtivismo está tipificado como delito y "nuestros vigilantes están identificando a todo el mundo que encuentra faenando en las concesiones para que sean duramente sancionados, aunque creemos que esas multas deberían ser todavía más altas y endurecerse para acabar con esta situación que, como sigamos así, nos va a provocar un importante quebranto económico durante el invierno, cuando intentemos trabajar esas zonas". Además, la mayor parte de los furtivos de bañador "no son de lugares tan lejanos como para no saber que está prohibido extraer marisco sin los correspondientes permisos que solo poseemos las mariscadoras".

Las mariscadoras dieron la voz de alarma el pasado fin de semana, cuando tuvieron que acudir a más de una decena de alertas nada más comenzar su guardia. De esta situación se hizo eco la propia conselleira de Mar, Rosa Quintana, en una reciente visita a A Illa, en la que alertó de que consumir marisco sin la consecuente trazabilidad podía provocar, además del daño económico a las mariscadoras, un grave problema de salud pública.