La sección segunda de la Audiencia de Pontevedra inicia este lunes uno de los grandes juicios contra las redes de narcotráfico que todavía operan en la comarca de O Salnés. En este caso, se sentarán 14 personas que la Fiscalía considera integrantes de la red que lideraba el cambadés Rafael Bugallo Piñeiro, más conocido como "O Mulo" o "Felo", para los que el Ministerio público reclama 226 años de cárcel en total. Durante todo un mes, los magistrados de la sala escucharán a los 14 acusados y a todos los testigos de una causa en la que se intentaron introducir por las costas gallegas cerca de 4.000 kilogramos de cocaína de gran pureza, una operación que acabó frustrada por un problema en las comunicaciones y un malentendido entre los integrantes de la organización sobre la fecha de descarga.

El Ministerio Fiscal señala a "O Mulo" como el responsable de la organización, al considerar que era él quien negociaba directamente el transporte de cocaína a los grupos proveedores sudamericanos, además de diseñar los transportes concretos de cocaína por vía marítima. Es más, en su escrito asegura que el cambadés dirigió todas las operaciones de preparación de las embarcaciones. Para él se reclaman once años de cárcel por un delito contra la salud pública, y otros seis por otro de pertenencia a una organización delictiva.

También se sentará en el banquillo José Luis Devesa, el patrón grovense del "Ratonero", encargado, según la Fiscalía, de suministrar en altamar combustible a las lanchas rápidas. Se da la circunstancia de que Devesa fue recientemente condenado a 12 años de prisión por otro alijo de 2.200 kilogramos de cocaína, localizado en su barco en 2012. Para el patrón del ratonero, la Fiscalía reclama once años por un supuesto delito contra la salud pública y cuatro por pertenencia a organización criminal.

Junto a ellos, también se sentarán en el banquillo de los acusados Jorge Cono Fernández Barral, José Antonio Búa Padín, Luis Miguel Fajardo Vázquez, Gustavo Adolfo Agudelo Castro, Víctor Manuel Rodríguez Castro, Manuel Nogueira García, Fernando Bugallo Varela, José Luis Martínez González, Vicente Piñeiro Soliño, José Manuel Domínguez Gago, Fernando Rafael Prado Rey y Fredy Wily Curmilluni Laura. Para todos ellos, la Fiscalía pide diferentes condenas por los dos delitos, sumando un total de 226 años de prisión.

A los años de prisión se suma la sanción económica que reclama el Ministerio Fiscal a todos los acusados, unas multas que ascienden a 8.400 millones de euros

Los hechos que se van a juzgar se remontan al mes de agosto de 2008, cuando la organización que, supuestamente, lideraba "O Mulo" trató de introducir cerca de 3.627 kilogramos de cocaína en las costas de Galicia, una droga que estaba valorada en 128 millones de euros. Para ello, la organización contaba con una lanzadera modificada por ellos mismos y con el apoyo logístico de un barco pesquero, el "Ratonero" de O Grove, patroneado por José Luis Devesa Devesa y al que el ministerio fiscal señala como el responsable de haber facilitado combustible a la lancha rápida. Sin embargo, la operación de introducir los cerca de 4.000 kilogramos de cocaína se frustró por un problema en las comunicaciones y un malentendido con las fechas, lo que obligó a los tripulantes a fondear la carga en las inmediaciones de Cabo Silleiro, y poner proa a la playa de A Lanzada, donde quemaron la embarcación para ocultar pruebas y evitar el cerco policial. La imagen de la lanzadera ardiendo rodeada de bañistas mientras los bomberos trataban de apagar el incendio dio la vuelta al mundo. Durante semanas, el mar entre Cabo Silleiro y A Lanzada estuvo escupiendo fardos de cocaína, mientras patrulleras de la Guardia Civil y embarcaciones de pesca recogían gran parte del alijo.

Bugallo Piñeiro forma parte de la crónica negra de la ría de Arousa, donde ha protagonizado varios incidentes, sobre todo en 1993, cuando conseguía eludir la muerte en uno de los ajustes de cuentas más sonados.

"O Mulo" todavía tiene pendiente otro juicio por un alijo similar. En este caso se trata de la intervención del barco Coral I, apresado en aguas del Atlántico en la víspera del día de Reyes de 2015 y que permitió a la Policía Nacional desarticular dos importantes organizaciones, la gallega que lideraba el propio Bugallo Piñeiro, y otra colombiana del cártel de Los Urabeños, cuyos integrantes cayeron en Madrid. En aquella operación, Bugallo fue detenido en su casa de Corvillón, cuando se escondía en una especie de zulo.