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"El amor entre ellas es incondicional"

Antía y Martina vivieron nueve meses juntas en el vientre de su madre - Tienen 7 años y siguen siendo inseparables -Isabel destaca las ventajas de tener dos hijas a la vez

Isabel Barrena es de origen extremeño y lleva viviendo desde hace una década en Vilagarcía, de donde es natural su marido, Jorge Mondelo. Querían formar familia e Isabel se quedó embarazada. La sorpresa llegó a las siete semanas de gestación cuando les dieron la noticia de que había dos bebés en camino. Sus primeras sensaciones fueron de miedo, incertidumbre, pero pronto empezaron a buscar soluciones y llevaron el embarazo de la forma más natural posible.

Después de 36 semanas compartiendo placenta -que no bolsa- en el vientre de su madre, nacieron Antía y Martina, dos hermanas gemelas que ahora tienen 7 años. Aunque su parecido físico es más que evidente, sus caracteres "son la noche y el día", afirma Isabel. "Una es más tranquila y otra un poco más nerviosa", añade.

A esta madre lo que no deja de sorprenderle día a día es "el amor incondicional que se tienen una a la otra". "Si les hacen la típica pregunta de a quién quieren más, ellas no lo dudan: a su hermana", relata la extremeña.

La dependencia entre ellas llega hasta tal punto que cuando una de las gemelas ingresó en un hospital por una gastroenteritis, comenzó a calmarse cuando a las 8 horas tuvo que ser hospitalizada también su hermana (con el mismo virus) y pudieron estar juntas en la misma habitación.

Martina y Antía comparten habitación y lo primero que hacen al levantarse por las mañanas es darse un beso y un abrazo. Están en la misma clase, tienen las mismas amigas y realizan las mismas actividades extraescolares. "Ahora en el patio del colegio pueden empezar a jugar algo por separado", comenta su madre. No obstante, "necesitan estar cerca una de la otra". "No se trata de estar pegadas, pero una tiene que saber dónde está la otra y viceversa", dice Isabel Barrena.

Para ella ver cada día esa relación tan especial que tienen sus hijas, esa complicidad infranqueable, "es algo maravilloso" y sin duda una de las principales ventajas de haber tenido gemelas.

A la hora de enfrentarse a los cambios, también se les hacen más llevaderos, pues los asumen juntas. "El periodo de adaptación en el colegio lo llevaron estupendamente", ejemplifica Isabel.

Para esta maestra de profesión son más los pros que los contras de haber tenido dos hijas de forma simultánea. "Durante un par de años tiene que estar dispuesto a renunciar a algunas cosas, pero como cualquier padre que tenga uno o dos hijos. Y las épocas de agobio, igual. Lo que sí conlleva tener dos a la vez es mucho trabajo físico porque todo es por duplicado", expresa Isabel.

El suyo fue un embarazo espontáneo, por lo que al principio sentía curiosidad por saber el motivo de su parto múltiple. "Más tarde descubrí que por parte de mi abuela materna en todas las casas hubiera embarazos gemelares, lo que pasa es que antes algunos no llegaban a término o se perdía uno de los dos niños", dice la madre de Martina y Antía.

Al poco tiempo de quedarse en estado Isabel dejó de trabajar porque aparte de que el embarazo "fue algo complicado", su empleo le obligaba a pasar fuera de casa una noche a la semana como mínimo, "cuando no me marchaba el lunes y volvía el viernes", apunta.

Durante cuatro años se dedicó por completo al cuidado de sus hijas y en 2013 regresó al mercado laboral como profesora de clases particulares.

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