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La pardela balear, amenazada en Europa, sigue presente en la costa de Rías Baixas

Las expediciones ornitológicas que zarpan desde O Grove en busca de aves pelágicas, a bordo del barco "Chasula, constatan la presencia de esta especie en aguas gallegas

La pardela balear, amenazada en Europa, sigue presente en la costa de Rías Baixas

La pardela balear ( Puffinus mauretanicus), una de las especies de aves marinas más amenazadas de Europa, parece encontrarse a gusto en la plataforma continental, a la altura de las Rías Baixas. Así se desprende de los últimos avistamientos de los ornitólogos y aficionados a la naturaleza en general, que constatan la presencia de diversos ejemplares de la misma tanto en aguas de O Grove como frente a la costa pontevedresa.

Los registros más recientes son del pasado fin de semana. Las expediciones en busca de aves pelágicas que zarpan desde el puerto de O Grove a bordo del barco pesquero rehabilitado "Chasula" volvieron a ofrecer un resultado espléndido en cuanto a avistamiento de todo tipo de especies, algunas casi nunca vistas desde tierra firme y entre ellas, precisamente, la pardela balear.

El diario de a bordo correspondiente a esta jornada de observación dice que los afortunados tripulantes del "Chasula", como siempre patroneado por Isidro Mariño, se toparon "un enorme paso de alcatraces en dirección norte, todos ellos adultos", pero también "un buen número de alcas, algún arao, págalos grandes y las dos primeras pardelas baleares de la temporada".

Todo ello durante la singladura por las aguas oceánicas y entre otras muchas especies, mientras que en la navegación por el interior de la ría los observadores destacan la presencia de "un enorme bando de negrones comunes".

La localización de la pardela balear desde el "Chasula" no es la única registrada en los últimos meses en las Rías Baixas, y ese es el mejor indicio de que este ave encuentra aquí un importante refugio.

Día Mundial de las Aves

En octubre pasado, sin ir más lejos, la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) organizaba una visita guiada al Complejo Intermareal Umia-O Grove con motivo del Día Mundial de las Aves y daba cuenta, precisamente, de localización de ejemplares de pardela balear.

Encarna González, la coordinadora de SEO en la provincia de Pontevedra, incidía en la presencia de la pardela "para demostrar que ésta es una zona muy importante que debemos conservar, ya que mientras esta especie desaparece en otras partes del mundo aquí aún seguimos disfrutando de su presencia".

No cabe duda de que la localización de estas aves tiene una gran significación, dado su delicado estado. Hace apenas seis meses el Ayuntamiento de O Grove, a través de su Proyecto de Inversión Ornitológica (PIO), ya daba cuenta de lo importante que resulta detectarla por estas latitudes, incidiendo en que se trata de "una especie amenazada que desde hace un tiempo se deja ver en buen número por los alrededores" de la península grovense.

De este modo se intentaba concienciar a la población diciendo que "corre peligro de desaparecer en un corto espacio de tiempo si no se toman medidas para evitarlo" y que su población mundial "es de unas 3.000 parejas reproductoras".

En el PIO esgrimían además que "este declive de la pardela balear se debe a las amenazas con las que se enfrenta, sobre todo relacionadas con la mortalidad por causas no naturales, como las capturas en palangres, la depredación por gatos y ratas introducidos por el hombre en las islas donde crían, la sobreexplotación pesquera de algunas de sus especies presa, la pérdida y degradación de hábitat (urbanización costera) o la contaminación por hidrocarburos".

Así las cosas, la pardela balear "vuela hacia la extinción y todo apunta de nuevo hacia las capturas accidentales como su principal amenaza", sentenciaban en el PIO.

En el barco "Chasula", con Isidro Mariño como patrón, también se "caza". Pero con los sentimientos y con el objetivo de las cámaras fotográficas y de vídeo que redescubren especies pelágicas pocas veces vistas desde tierra firme pero de frenética actividad "ahí afuera", en la costa atlántica.

En la última expedición, realizada el sábado con salida en O Grove, los ornitólogos y aficionados a la fotografía participantes abandonaron la ría de Arousa en el "Chasula" para navegar hasta unas ocho millas lejos de la isla de Sálvora. La singladura también permitió visitar las proximidades de las islas Sagres y Rúa antes de regresar a puerto, no sin antes saborear a bordo unos mejillones, navajas y empanadas.

Pero lo importante de verdad era la observación de aves, y la jornada fue fructífera, pues además de localizarse un par de pardelas baleares se registraron un centenar de ejemplares de negrón común.

A esto hay que sumar la presencia de garceta común (un solo ejemplar), alcatraz atlántico (71 aves), cormorán moñudo (82), zarapito trinador (once), vuelvepiedras común (cinco), correlimos común (23), alca (33) y arao común (seis ejemplares).

Mucho más abundantes fueron las gaviotas patiamarillas (1.514), avistándose también ejemplares de gaviota reidora (35), gaviota cabecinegra (una) y de gaviota sombría (142), junto con especies como el gavión atlántico (dos), charrán patinegro (dos), págalo grande (cuatro) y corneja negra (un individuo).

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