Los centollos que había ayer a la venta en la plaza de abastos de Vilagarcía se podían contar con los dedos de las manos. El hecho de que los jueves sean días de poco trasiego y el elevado precio que tiene el crustáceo en estos primeros días de campaña, motivan que muy pocos pescaderos se animen a comprar centollo para intentar venderlo en el mercado. De hecho, se estima que más del 80 por ciento de las piezas que se están pescando estos días en la ría de Arousa y que se comercializan en las lonjas de Cambados y O Grove se consumen fuera de Galicia.

El gerente de la lonja de Cambados, Manuel Rivas, sostiene que en esta época del año lo habitual es que los compradores más importantes de la rula cambadesa vendan la mercancía en Madrid, Barcelona, Asturias o el País Vasco. "Lo que me explican los compradores es que el centollo de la ría de Arousa empieza a quedarse aquí a partir del puente de la Constitución, que es cuando empieza a despuntar el consumo local".

Otro de los factores que podrían explicar por qué se ve tan poco centollo en las plazas de abastos arousanas es su elevado precio. Los marineros están pescando poco, y eso motiva que el crustáceo vaya sensiblemente más caro que en años precedentes. La consecuencia es que son pocos los restaurantes y pescantinas locales que se atreven a comprarlo por temor a no conseguir después venderlo. Y es que tanto en Cambados como en O Grove, los primeros "míos" de esta semana estuvieron siempre en torno a los 25 euros el kilo.

Plaza de Vilagarcía

El único pescadero que tenía centollos a las 13.00 horas de ayer en la plaza de abastos de Vilagarcía era Joaquín Martiñán, de Pescados Raposa. Los vendía a 25 euros el kilo, y a las 13.15 recogía de su puesto una pequeña caja de plástico llena de marisco. "Desde que empezó la campaña los traje dos días, y entre los dos solo vendí cuatro piezas. Tres el martes, y uno hoy" (por ayer).

Martiñán afirma que es normal que pocos placeros compren centollos en las lonjas, "porque con el precio que tienen por ahora no hay quien se atreva". "El año pasado, cuando empezó la campaña, estábamos vendiendo la centolla grande a entre 15 y 16 euros el kilo", añade. Así las cosas, sostiene que lo poco que se está vendiendo hasta la fecha "es para restaurantes y por encargos de gente que lo quiere congelar". Y es que, según Joaquín Martiñán, "Sito", "hay quien está esperando a que baje el precio, pero hay que pensar que dentro de poco en vez de a 25 euros el kilo estará a 35".

La falta de ventas en las plazas de abastos es una consecuencia directa de los precios prohibitivos que este marisco está teniendo en las lonjas, y que se debe a su vez a la escasez de capturas.

La "superluna" de los últimos días y la calma de las aguas son dos factores que explicarían, según los marineros, que casi nadie esté haciendo el tope de capturas, establecido en 35 kilos por persona y día, y otros 35 diarios por embarcación. Así las cosas, al haber poco marisco en las lonjas, va más caro.

En la lonja de Cambados los primeros "míos" de las hembras (más cotizadas) fueron de más de 26 euros el lunes, de más de 23 el martes y de más de 25 el miércoles. En el caso de O Grove, el precio máximo el lunes fue de 26 euros, el martes de 22,50, el miércoles subió hasta los 24,40 euros el kilo, y ayer se disparó un poco más hasta los 25 euros el kilo.

Así las cosas, gran parte del marisco que se está pescando estos días en la ría de Arousa no se queda en Galicia, sino que lo compran distribuidores e intermediarios que tienen en su agenda a restaurantes de lujo de Madrid, Castilla-León o Barcelona. "Las pescantinas casi no están entrando en las subastas porque por ahora el precio es alto", sostiene el gerente de la lonja de Cambados, Manuel Rivas.

Pescadería de O Grove

No obstante, donde sí están satisfechos con las ventas es en la pescadería de la cofradía de O Grove. En ella estuvieron vendiendo centollo a precios que oscilaron entre los 12 euros el kilo de las piezas más grandes (pero menos "llenas") y los 19,85 euros de las mejores. "Nosotros sí estamos vendiendo", afirma una de las vendedoras. Añade que "sobre todo estamos vendiendo para particulares. Hay gente de O Grove, pero sobre todo es gente que viene de fuera y que se desplaza estos días para darse un capricho o para congelar".

También en O Grove, está por ver qué harán los restaurantes con respecto a las jornadas de exaltación, que este año parecen haber despertado un interés menor que en ocasiones anteriores. De hecho, hasta hace apenas una semanas solo habían mostrado su interés de participar en dichas jornadas media docena de establecimientos.

Plantea que por el momento no se están cogiendo los topes de capturas (en la lonja de O Grove se subastan unos 1.000 kilos diarios, cuando en años precedentes a estas alturas del otoño era habitual rondar las tres toneladas), pero que la situación podría mejorar en los próximos días, a medida que se apague un poco la luminosidad de la luna llena actual. Otro factor que podría favorecer las capturas sería el empeoramiento del tiempo durante el fin de semana.

Otero cree que "el que tiene muchas ganas de centollo lo compra ahora. Yo creo que el precio va a aguantar, pero a partir de la Constitución ya subirá unos cinco euros el kilo".